Experimentación en las políticas públicas

LA EXPERIMENTACIÓN EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS

Tras el análisis realizado a lo largo de este estudio, a continuación se plantean las prin- cipales conclusiones, así como algunas reco- mendaciones que pueden favorecer el impulso de la experimentación en las políticas públicas, teniendo en cuenta los elementos facilitadores identificados a nivel internacional y las expe - riencias y dificultades existentes en España. 8.1. Conclusiones La experimentación pública ha tenido un importante desarrollo en los últimos años, evidenciando un impulso a nivel internacio- nal desde hace al menos dos décadas que, aun así, muestra diferencias relevantes entre países, con un mayor desarrollo en los países anglosajones; que varía según la cultura de la evaluación y experimentación instalada en la Administración pública, y la integración de este tipo de actuaciones de experimentación en el ciclo de las políticas públicas y su diseño. En este contexto internacional, el uso de la economía del comportamiento para el diseño y ejecución de actuaciones vinculadas a las políticas públicas es una práctica muy exten- dida, que se utiliza de manera recurrente para testar modificaciones en las actuaciones pú - blicas que produzcan cambios en las actitudes del público objetivo. En el caso de España, el desarrollo de la ex- perimentación se ha producido en la última década, con ejemplos mucho más recientes, aislados y que se circunscriben principalmente al ámbito de la evaluación, y donde son una excepción los ejemplos que incluyen enfoques de economía del comportamiento. La situación en España está relacionada con una cultura del dato y de la evaluación de implantación mucho más reciente, que aún está en desarro- llo, y que mantiene el objetivo de conseguir una mayor institucionalización de la evaluación en las políticas públicas. En ese sentido, tanto el desarrollo normativo como el institucional y estratégico dan cuenta de su desarrollo en los últimos años. Tal y como señalan Casado

y Del Pino (2021), si bien es necesaria «cierta formalización legal, en particular para intentar garantizar la continuidad y calendarizar mejor los encargos de evaluación, (…) sin embargo, como demostró la experiencia de la AEVAL, el despliegue normativo no es suficiente (…), en muchas ocasiones las normas no se han implementado y los sistemas no están funcio- nando». Las experiencias que se basan en economía del comportamiento son minoritarias cuando se centran en la aplicación en políticas públi- cas, si bien cuentan con un mayor desarrollo en el ámbito académico e investigador. No obstante, dentro del caso español, se produce en determinados ámbitos un mayor desarrollo de la evaluación en general, y de procesos de experimentación pública en parti- cular, destacando a nivel autonómico el caso de Cataluña, donde Ivàlua lleva desarrollando durante varios años este tipo de proyectos con una aplicación clara en las políticas públicas. En este contexto, el impulso de este tipo de metodologías de experimentación desarrollado desde la Unión Europea está siendo funda- mental para que aumente su conocimiento entre los decisores públicos. Tanto la situación internacional como el análisis realizado en España muestran que hay determinados factores facilitadores del desarrollo de este tipo de procesos de expe- rimentación en las políticas públicas. En ese sentido, la interiorización por parte de los agen- tes responsables de las políticas públicas de la cultura de la evaluación, junto a su mayor institucionalización, constituyen elementos clave para su desarrollo, tal y como revela el análisis de los contextos donde esta cultura está ampliamente extendida y con la presencia de organizaciones, públicas o privadas, que tra- bajan para conseguir un mayor conocimiento y uso de esta.

Desde este enfoque hay dos elementos que han sido identificados como fundamentales

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