LA EXPERIMENTACIÓN EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
en el proceso de evaluación de una política ya instalada.
la evaluación y experimentación. En este sentido, se debe hacer una correcta difu- sión, de manera que no solo se llegue a los decisores públicos, sino que estos mensa- jes lleguen a la ciudadanía, transparentando los procesos de diseño y análisis desarrolla- dos detrás de las políticas públicas. En cualquier caso, la experimentación pú- blica puede servir a este cometido, si bien no debería ser tomada como un ritual para fundamentar todas las decisiones políticas sin dejar espacio para el diálogo y el de- bate, que se sitúan en la base de cualquier sistema democrático y donde inciden otros muchos factores. Además, es necesario considerar otros enfoques para el diseño y evaluación de políticas públicas, que pueden ser más útiles en función de los objetivos que se persigan, o cuando una intervención se encuentre ante situaciones de urgencia, o con riesgos éticos vinculados a la aleato- rización, que la metodología experimental puede complejizar. 9. Favorecer el desarrollo de actuaciones relacionadas con la economía del com- portamiento, que cuenta con un desarrollo en instituciones privadas y académicas en España, con posibilidad de adaptarse a actuaciones públicas, ofreciendo un acer- camiento a las Administraciones al ámbito de la experimentación o, inclusive, con la creación de una unidad dentro de la AGE que asesore en el diseño de servicios al conjunto de los ministerios y organismos, como existe en un gran número de países de Europa. Esto no tendría por qué implicar una inversión completa en una nueva polí- tica pública, sino que más bien se trataría de comenzar por incluir enfoques conduc-
8. Con el objetivo de tener más informa- ción sobre los experimentos que se están desarrollando en nuestro país, en la línea de lo que comentan Casado y Del Pino (2021) 99 , sería útil la generación de una base de evidencias derivada de experimentos que se realicen en el país, que fomenten el intercambio entre los profesionales de es- tos campos, siguiendo el ejemplo de otras organizaciones focalizadas en otros lugares o sectores concretos. Por ejemplo, IGL ha desarrollado una base de datos con los ensayos controlados aleatorizados que se realizan sobre innovación, emprendimiento y crecimiento 100 . El desarrollo de este repositorio debe estar basado en la formación previa sobre lo que supone este tipo de experimentos, de manera que se evite que cuando los resul- tados no sean los esperados o deseables, estos trabajos no se publiquen. Es decir, es necesario incidir en lo que implica la expe- rimentación, para así favorecer la transpa- rencia, y que suponga una oportunidad para obtener aprendizajes sobre el «hacer» de la experimentación y el intercambio de cono- cimientos 101 . Sería recomendable que la publicación de estas experiencias no solo se centre en los resultados obtenidos, sino que se expongan las repercusiones e implicaciones que estas han tenido para la intervención que se ha sometido a la experimentación. Esto implica no solo publicar los resultados, sino rendir cuentas ante la ciudadanía de las decisiones tomadas reforzando el papel de
99. «Sería útil disponer de una herramienta que reuniese todos los ejercicios de evaluación, y el alcance y la trayectoria de sus recomendaciones permitiría también gestionar el conocimiento producido, y que las Administraciones y otros actores pudieran intercambiar una valiosa información para el diseño de programas públicos. La AIReF tiene ya programada la puesta en marcha de un observatorio que recoja y sistematice el resultado de sus propias evaluaciones y
el seguimiento de las propuestas que realiza a cada Administración». 100. https://www.innovationgrowthlab.org/igl-database-v2?page=1.
101. En este sentido, como señalan Casado y Del Pino (2021): «El reciente PRTR y el propio Ministerio de Hacienda han aprobado algunas medidas para asegurar el uso de las evaluaciones de AIReF en el proceso presupuestario. Sin embargo, asegurar el principio de cumplir o explicar es el gran reto pendiente. (…) de acuerdo con este principio los centros directivos cuyas políticas se han evaluado tienen o bien que incorporar los resultados de la evaluación al rediseño de sus políticas o bien, si no los incorporan, deben explicar por qué no lo hacen. Junto a las medidas que se acaban de mencionar, es necesario avanzar en otras como la publicación incondicional de los informes de evaluación y su debida difusión en la sociedad civil y, en particular, entre los parlamentarios».
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