LA EXPERIMENTACIÓN EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
tuales en intervenciones ya existentes para que sean más efectivas, o bien en el diseño de las políticas como parte de los proyectos piloto. Como se ha mencionado con ante- rioridad, para ello puede resultar, además de muy inspirador, germen para el desarrollo de nuevas iniciativas en esta dirección, la conexión con algunos de los organismos que desarrollan en nuestro país pequeños experimentos mediante las llamadas nud- ges, aplicables a las políticas públicas. 10. Por último, como se ha señalado ante- riormente, las barreras que se derivan del desarrollo de actuaciones experimentales relacionadas con los aspectos éticos son lo suficientemente relevantes como para tenerlas en cuenta en el diseño de las inter- venciones. Una vía de intervención en este sentido puede ser el desarrollo desde la Administración, como ha hecho el Gobierno finlandés, de códigos éticos para el desa- rrollo de la experimentación pública. Todas estas recomendaciones para el impulso de la experimentación demuestran que existen numerosas posibilidades para situar a Espa- ña en un proceso similar al de los países de nuestro entorno, integrando cada vez más la experimentación en las políticas públicas y, además, mejorando la predisposición al desa- rrollo de este tipo de metodologías en actua- ciones con mayores implicaciones políticas. En este sentido, el impulso realizado desde la AIReF y desde el Ministerio de Inclusión con sus grandes programas de evaluaciones expe- rimentales puede ser el referente de una nueva cultura de la experimentación en las políticas públicas en la medida en que se demuestren su utilidad, sus beneficios y su aplicabilidad a las políticas públicas.
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