LA EXPERIMENTACIÓN EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
2.1. Qué es un experi- mento en política pú- blica y por qué experi- mentar De acuerdo con la Real Academia Española, experimentar tiene diferentes acepciones; la primera de ellas es «probar y examinar práctica- mente las virtudes y propiedades de algo», y la última, relacionada únicamente con las ciencias naturales, «hacer operaciones destinadas a descubrir, comprobar o demostrar determina- dos fenómenos o principios científicos». En el ámbito de las políticas públicas, experimentar puede relacionarse con ambas acepciones, ya que permite testar en la realidad fenóme- nos o principios científicos que consideramos que deben ser probados, y, más directamente, examinar prácticamente las propiedades de una política pública. De acuerdo con el Diccionario abierto de sociología, un experimento es un «procedimiento que suele utilizarse para con- firmar la validez de una hipótesis comparando los resultados de uno o más grupos con un grupo de control en una medida determinada». En otras palabras, se trata de un procedimien- to de investigación destinado, a través de una determinada metodología lo suficientemente robusta, a contrastar con la realidad una o va- rias hipótesis relevantes para el estudio. En este caso, para la política pública. Los experimentos nos permiten, por lo tanto, contestar a pregun- tas como las siguientes:
El recurso a los experimentos en política pública parte de varias fuentes, entre las cuales la prin- cipal es el avance en las metodologías y técni- cas de recogida, tratamiento e interpretación de datos en el contexto social, haciendo de esta manera posible realizar en condiciones reales pruebas que con anterioridad solo se podían de- sarrollar en condiciones de laboratorio. De esta manera, un experimento de «laboratorio» conse- guía aislar una relación causal controlando las condiciones externas ajenas a la propia relación causal. Estas condiciones de experimentación son imposibles de replicar en el mundo real. Sin embargo, el avance en los métodos de recogida y tratamiento de datos nos permite establecer, en el mundo real, unas condiciones similares, a través de la aproximación estadística a las relaciones causales y a los efectos externos. La forma de lograr aislar la relación causal de los efectos externos consiste sencillamente en calcular los efectos externos en un grupo de control —al que no se aplica la relación causal— y descontar dichos efectos del efecto total. Pondremos un ejemplo: supongamos que queremos saber si un programa de apoyo a estudiantes en desventaja es adecuado para ellos. Podríamos calcular la mejora en las califi - caciones pasado un tiempo, pero con ese mero ejercicio no sabríamos si la causa de la mejoría es, efectivamente, el programa. También podría ocurrir que, pese al programa de apoyo, las calificaciones siguieran siendo bajas. En condi - ciones reales, es difícil precisar si el programa tuvo un efecto en los estudiantes, pues puede que una mejora en las instalaciones del colegio, una renovación del programa pedagógico o cualquier otra circunstancia ajena a la relación causal que queremos probar hubiera afectado notablemente a su rendimiento. La experimen- tación pública resuelve este problema al plan- tear una situación «contrafactual», en la que se aísla el efecto del programa de apoyo de otros factores que afectan a su rendimiento escolar. En el gráfico 1 se muestra esta idea: nuestro objetivo sería ser capaces de aislar el efecto del programa de apoyo en el rendimiento escolar.
• ¿Es efectiva la puesta en marcha de clases de apoyo para estudiantes en desventaja?
• ¿Puede una renta mínima garantizada desincentivar la búsqueda de empleo?
• ¿Cuál es la mejor manera de evitar embara- zos no deseados en niñas y adolescentes?
En definitiva, en materia de política pública, un experimento es un método de investigación que permite conocer, basándose en la evidencia, los previsibles resultados de una política pública en un contexto social, económico y cultural deter- minado.
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