LA ECONOMÍA DIGITAL EN ESPAÑA

LA ECONOMÍA DIGITAL EN ESPAÑA. AVANCES Y RETOS POR REGIONES Y SECTORES

digitalización no centrados en las grandes áreas. Aunque no son aspectos tratados en este informe, es conocido que Madrid y Cataluña tienen economías de escala en la actividad económica debido a la acumulación de trabajadores con alta formación, a la disponibilidad de recursos financieros, a una mayor dimensión empresarial, a la presencia de empresas innovadoras y de gran tamaño, etc. Igualar las condiciones entre regiones permitiría acelerar la digitalización y reducir las diferencias existentes en el peso de la economía digital. En cuanto al País Vasco, está evolucionando en esta misma dirección, sobre todo después de la pandemia. Asimismo, se ha constatado que las regiones en las que la economía digital ha crecido menos son las regiones que más se han especializado en sectores menos intensivos en digitalización. En cuarto lugar, también en relación con el objetivo de la digitalización inclusiva, los resultados muestran un elemento preocupante asociado con la mayor capacidad del capital digital para absorber rentas en comparación con los demás tipos de capital y con el trabajo. A medida que ha avanzado la digitalización, se ha reducido la proporción de rentas que percibe el trabajo digital frente al capital. Cuanto mayor

sea el avance de la digitalización, este aspecto redistributivo también será más importante. Los requerimientos de la digitalización pueden llegar a aumentar la brecha no solo a nivel económico, sino también a nivel de cohesión social y educativa. En este sentido, la progresiva automatización de los procesos productivos que acompaña a la digitalización puede contribuir a transformar la estructura del empleo en términos de distribución de los sectores, las ocupaciones, las competencias y las tareas que realizar. La transformación de las tareas dentro de los propios puestos de trabajo para adaptarse a actividades más digitales resultará (y ya está resultando) fundamental para los trabajadores. A este respecto, la implicación tanto de los empleados como de las propias empresas en la formación continua de las plantillas ayudará a que la adaptación a las constantes transformaciones que conlleva la digitalización sea más llevadera. En quinto lugar, la economía digital ha mostrado mayor capacidad de resiliencia durante los peores momentos de la COVID-19, y se ha acelerado en 2021. Por tanto, ha sido una de las palancas fundamentales para resistir la crisis sanitaria y para la salida de esta.

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