LA ECONOMÍA DIGITAL EN ESPAÑA. AVANCES Y RETOS POR REGIONES Y SECTORES
En términos del DESI global de 2022 10 , España ocupa una posición medio-alta en el contexto europeo. Es el séptimo país de los veintisiete incluidos (Gráfico 3.1). Con un índice global de 60,8, se sitúa por encima de la media de la Unión Europea (52,3), así como de los otros tres grandes países del continente: Alemania (52,9), Francia (53,3) e Italia (49,3). Además, el crecimiento de la digitalización en España fue sostenido entre 2017 y 2022 y fue similar al de estos países, por lo que se han mantenido las posiciones relativas entre ellos (Gráfico 3.2). El avance en el conjunto de estos territorios ha sido notable, pues en seis años el crecimiento estuvo entre el 5034 % y el 5834 %, salvo en Italia, donde fue algo superior (7534 %). La buena posición de España en el indicador de digitalización se sustenta sobre todo en la conectividad y en los servicios públicos digitales. De hecho, ocupa la tercera posición en el ranking de países de la Unión Europea en conectividad y la quinta en servicios públicos digitales. Tal y como reconoce la Comisión Europea (2022b), España está logrando un progreso relativo y está mejorando sus resultados también en dimensiones en las que ocupaba peores posiciones en ediciones anteriores, como el capital humano y la integración de la tecnología digital, lo que le permite situarse por encima de los demás países, y en particular por encima de Alemania, Francia e Italia (Gráfico 3.3). Este avance en dos aspectos relacionados con el stock de capital de infraestructuras y la e-Administración contrasta con la situación en los otros componentes del índice. España no destaca ni en el capital humano (posición 10 de los veintisiete países) ni en la integración de las tecnologías digitales (posición 11), pese a su progreso relativo. Las limitaciones en el capital
humano se asocian fundamentalmente con la escasez de especialistas y titulados TIC. En el ámbito de la integración digital, las empresas españolas necesitan reforzar tecnologías digitales como la nube o los macrodatos. En cuanto al peso del sector TIC, España no se encuentra en una situación tan ventajosa como la que muestra el índice DESI. La comparación se realiza a partir de los datos publicados por la Comisión Europea en su base de datos PREDICT (Comisión Europea e Ivie, 2022), que se centra en el sector productor de TIC. En el conjunto de los países europeos y de las cinco grandes economías de este continente, este sector representa entre un 334 % y un 534 % de la economía en términos de valor añadido, y entre el 234 % y el 334 % del empleo (Gráfico 3.4). Entre los mostrados, España es el país con menor dimensión en el sector TIC, tanto en lo que respecta al valor añadido (3,1 % en 2021) como al empleo (2,3 %), y se sitúa muy por debajo de la media de la Unión Europea (4,334 % sobre la economía en términos de valor añadido y 2,834 % en empleo). En lo que se refiere a la productividad (valor añadido por hora trabajada), el sector productor de TIC español también se muestra por debajo de la media de la Unión Europea (46,8 euros/ hora, frente a 61,4 euros/hora) y del resto de los grandes países europeos. En este sentido, su situación se asemeja solo a la de Italia (Gráfico 3.5). La productividad del trabajo en el sector TIC era en 2021 un 24 % inferior a la de la Unión Europea, un 35 % a la alemana y un 42 % a la francesa. Pero, al igual que en el resto de los países, se observa un crecimiento global de la productividad en el sector. La menor productividad no es una característica exclusiva del sector TIC, sino que es común al conjunto de la economía, como se observa en el agregado (panel b). Una de las características del sector TIC es su capacidad para contribuir al crecimiento agregado de la productividad,
10. La publicación del DESI de un año, como, por ejemplo, 2022, se calcula con los datos recopilados por la Comisión Europea en el año anterior.
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