LA ECONOMÍA DIGITAL EN ESPAÑA. AVANCES Y RETOS POR REGIONES Y SECTORES
Estos siete sectores pueden clasificarse 12 , de acuerdo con la metodología desarrollada, como sectores de digitalización alta. En el extremo opuesto, hay otros siete en los que el VAB digital no alcanza el 8 % del VAB total y que constituyen, por tanto, los sectores de digitalización baja: comercio y reparación, transporte y almacenamiento, otros servicios, hostelería, construcción, actividades inmobiliarias y agricultura y pesca. Entre estos dos grupos, se encuentran los de digitalización intermedia, que tienen un peso en el VAB en torno al de la media nacional, entre el 16,2 % (fabricación de productos de caucho y plástico y otros productos minerales no metálicos) y el 10,7 % (metalurgia y fabricación de productos metálicos). En suma, en los sectores de alta digitalización se incluyen tres de servicios y alguno de manufacturas. El resto de los servicios suelen estar en los sectores de baja digitalización, salvo las Administraciones públicas, la defensa, la educación y la sanidad. Las manufacturas ocupan las posiciones intermedias. Y algunos de los sectores tradicionales de especialización española, como la hostelería, la construcción y las actividades inmobiliarias o la agricultura, se encuentran en el grupo de baja digitalización. Por tanto, la clasificación sectorial permite agrupar los sectores en tres grupos de acuerdo con su intensidad digital: los de alta digitalización, en los que esta representaba más del 29 % del VAB del sector en 2021; los de digitalización intermedia, con menor digitalización, pero superior al 8,0 %, y los de baja digitalización. Esta taxonomía se puede comparar con la realizada por la OCDE. Como se ha comentado anteriormente, Calvino et al . (2018) clasifican los sectores de la economía en cuatro grupos: sectores de digitalización alta,
medio-alta, medio-baja y baja. El Cuadro 4.1 muestra el listado de los sectores de actividad y su clasificación en los grupos de digitalización que se derivan de la estimación realizada y la que obtienen Calvino et al. (2018). Comparar las clasificaciones es complicado, pues en el trabajo de Calvino et al. (2018) no se ofrece un valor que permita jerarquizar los sectores. Por lo tanto, se comparan únicamente los que son clasificados en la misma categoría. Para facilitar la comparación, se considera que las dos categorías intermedias de Calvino et al. (2018) son una sola. De los veintiún sectores, catorce están incluidos en las mismas categorías (alta, media o baja digitalización), pero con otros siete hay discrepancias. Según nuestra metodología, tres (industria textil, de confección, cuero y calzado, coquerías y refino de petróleo, industria química y productos farmacéuticos y maquinaria, equipo y material eléctrico y electrónico) son de intensidad digital alta, mientras que Calvino et al. (2018) consideran que son de intensidad media. Otros dos los clasificamos en el grupo de intensidad media, frente a la OCDE, que los considera de intensidad baja (energía e industria de la alimentación, bebidas y tabaco). Y, por último, hay otros dos sectores (comercio y reparación y otros servicios) que, según la OCDE, son de intensidad medio-alta, mientras que en este informe los consideramos de intensidad baja. No solo existen importantes diferencias en la penetración de la digitalización entre sectores, sino que también hay diferencias en su crecimiento, aunque es un hecho que todos aumentaron su digitalización entre 2011 y 2021 (Gráficos 4.4 y 4.5). Los mayores crecimientos se observan entre los sectores en los que mayor penetración había tenido la digitalización, especialmente en la información y las comunicaciones (20,7 puntos porcentuales) y en la industria textil, de confección, cuero
12. Los tres grupos sectoriales según su intensidad digital se han definido de acuerdo con la división por terciles.
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