El mercado laboral digital a debate

buena herramienta para realizar ese grado de segmentación y personalización. Los participantes también han demostrado preocupación por las novedades que la incorporación de las tecnologías digitales aporta al mercado laboral. Aspectos como ​la propiedad de los datos de los trabajadores​ en general y de la reputación en particular, el derecho al olvido, el derecho a la desconexión digital así como la necesidad de poder limitar y regular el control de base tecnológica a los trabajadores (geolocalización, pantallazos del teléfono y/o el ordenador, etc.) fueron debatidos. La renta básica universal, o la necesidad de algún tipo de ingreso para cubrir los mínimos para una vida digna, también ha sido un aspecto de debate recurrente y con bastante controversia en muchas de las sesiones. Es un tema complejo y el debate se centró en los beneficios reales de este tipo de aproximaciones y de la diversidad de mecanismos para su posible implementación. En una de las transparencias de la presentación así como en una de las tendencias de futuro destacamos la necesidad de que, en un futuro cercano, se mueva el centro del debate a “los ingresos” (es decir al conjunto de flujos económicos del país). El paso a hablar de ingresos resulta obvio cuando añadimos al debate aspectos como la automatización y la inteligencia artificial que van pueden generar más rentas al capital y menos rentas al trabajo. Sin negar la necesidad de debatir acerca de los ingresos ​ varios participantes han querido alertar que, más allá de generar ingresos, el trabajo tiene una función social muy importante ​para la ciudadanía aportando cohesión social, estabilidad emocional, sentimiento de pertenencia y de propósito vital, etc. El incremento del trabajo independiente y la mediación digital de las relaciones laborales puede poner en riesgo algunos de estos elementos cohesionadores y generar nuevos conflictos y tensiones que ahora mismo pueden resultar difíciles de anticipar. Sin duda un ámbito donde las ciencias sociales deben investigar más a fondo y realizar propuestas. “El problema no es la digitalización, el problema son los modelos de negocio que hay detrás de las plataformas ”​ se afirmó en uno de los encuentros. Lo podemos enlazar con la frase de Melvin Kranzberg: ​ “la tecnología no es ni buena ni mala, pero tampoco es neutra” . ​Como toda herramienta, la tecnología necesita un marco de aplicación para hacer un juicio sobre ella y, la usemos para lo que la usemos, nos cambia y modifica a nosotros mismos. No es neutra. Recomendamos la lectura del artículo ​“La digitalización NO es una máquina de precarización masiva”​. Más allá de los riesgos ampliamente conocidos los participantes fueron capaces de ahondar en las ventajas de las plataformas digitales laborales. Crean por ejemplo un espacio para dar oportunidades a colectivos vulnerables con un acceso difícil al mercado laboral, permiten formalizar algunos ámbitos económicos y/o identificar patrones de discriminación o abuso instalados en la sociedad. En relación a los servicios de empleo se pudieron identificar oportunidades si se consigue desarrollar un tipodeestándar tecnológicoydatos abiertosparamejorar lacalidadydisponibilidad de las ofertas y demandas de empleo ¿Qué pasaría si conectáramos al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) con las plataformas digitales? En ​Estados Unidos ya han empezado​a andar este camino. El trabajo más allá de los ingresos Ni la digitalización y ni las plataformas son malas

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