360 UDEM No.6- El k-pop es cosa seria

A M O R E S V E R D E S

Según Marcos (23 años), “cuando me mudé, todos se burlaban de mí porque dormía en un colchón inflable, no tenía nada y no dejaba de comprar plantas. La verdad, tener seres vivos para cuidar me tranquilizaba”. Unas bonitas aloe vera, cintas, ginuras y potus prolongan la sensación de bienestar que persiguen los healthiers y buscadores espirituales a través del senderismo, el consumo de alimentos vegetarianos u orgánicos, el gimnasio, el té verde, el yoga y la medita- ción. Para mayor felicidad, muchos las ubican estraté- gicamente de acuerdo con el Feng Shui.

“Queremos tener a alguien o algo a quien cuidar, y si sale bien y la planta se pone bonita, está bien… si no sale bien, no es tan grave o trágico como si fuera un gato o un niño. Las plantas te atan, pero de una forma más libre, no te impiden la movilidad como las mascotas”, comparte Nana (22 años). Una encuesta de la consultora inglesa OnePoll re- veló que las personas entre 20 y 35 años piensan que sus plantas son mucho más importantes que cualquier otra ocupación de responsabilidad. Siete de cada 10 jóvenes se consideran a ellos mismos plant parents y asumen que es mucho mejor “criar” plantas antes que traer al mundo nuevos seres humanos, principalmente en medio del panorama que se vive en la actualidad. “A los jóvenes nos atraen las plantas porque no sabemos lo que traerá el futuro”, enfatiza José Miguel (23 años).

MEJOR UNA MACETA QUE UN NIÑO

“Yo siento que, para mi generación, una planta es como un hijo, requiere menos compromiso que una mascota, pero igual depende de uno. Es como el primer paso de un compromiso, hay que cuidarlas, se enferman, crecen…”, dice Helena (26 años). Muchos de quienes tienen entre 20 y 30 años están postergando etapas, como la de tener una familia —o de plano deciden no tener hijos—, en parte por asun- tos económicos o por mantener un estilo de vida libre entre viajes y fiestas. Y ahí encaja perfecto la indepen- dencia de las plantas. Ser un plant parent consiste en dedicarle amor, tiempo y energía al cuidado de las plantas, ya sea que se tenga una hija única, un huerto o todo un jardín, al punto de bautizarlas, platicarles y establecer un víncu- lo poco exigente (riego semanal o quincenal, y de vez en cuando un fertilizante).

Es tal el boom de las plantas de in- terior, que Amazon lanzó en 2016 su propia tienda de semillas y plantas, y a partir de ahí han surgido diversas tien-

das online como Patch y The Sill. Hoy existen muchas plant boutiques y pequeñas tiendas como Plant Shop, en Monterrey, y Vainilla Lola, en la Ciudad de México. Para Sandra, dueña de esta última, “el auge se debe a la pandemia: los jóvenes de repente tuvieron que pa- sar mucho tiempo en sus casas y se dieron cuenta de que no estaban tan acogedoras. Las plantas y macetas han sido una solución”. Según el National Gardening Report, hoy los jóve- nes de 18 a 34 años en Estados Unidos ocupan el 29 %

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