E L G R A N N E G O C I O D E L A F A N T A S Í A
EL JUEGO QUE TODOS JUGAMOS Para reducir el estrés que el juego puede provocar en los más obstinados, o en aquellos que sienten las de- rrotas como si fuesen descalabros en la vida real, hay websites enfocados a los Fantasy Games. Por ejemplo, 5thdownfantasy.com o fantasypros.com, plataformas donde reúnen a 150 expertos para consensar quiénes serán los jugadores más potentes de la temporada, ade- más de tener simuladores de draft . Ahí se incluyen to- das las ligas deportivas que cuentan con Fantasy: NFL, MLB, NBA, NHL y PGA, es decir, futbol americano, béis- bol, basquetbol, hockey y golf. Todo un universo para seguir las temporadas y duplicar el entretenimiento. Para los muy clavados que desean entender mejor qué jugadores se perfilan como las estrellas de la tem- porada, el sitio sportsnaut.com hace un ranking anual de los 100 mejores jugadores de la NFL. Esos, obvia- mente, son los que rápido desaparecen de las opcio- nes, ya que los contrincantes estarán muy listos para incluirlos en su equipo. Pero es una buena referencia. Los seres humanos somos obsesivos. Algunos inclu- so llevan las obsesiones al nivel de adicción. Si bien el juego es meramente un pozo de entretenimiento, hay quienes dedican mucho tiempo y esfuerzo. Como se dice por ahí, el tiempo invertido en algo que disfrutas jamás es tiempo perdido. Eso incluye a los Angry Birds . Cada quien, pues. Para ellos hay incluso libros como Why Fan- tasy Football Matters (And Our Lives Do Not) , de Erick
año la temporada de futbol ame- ricano para sumergirse en esta segunda vida. Lo que no sabemos es si el escalofriante dato que ofrecen
los autores en este libro está comprobado: cada año, las empresas estadounidenses pierden 200 millones de dólares en productividad porque un enorme número de empleados están administrando sus equipos de Fantasy en vez de trabajar. El fenómeno provoca incluso acercamientos analíti- cos para intentar explicar nuestras obsesiones lúdicas. En la publicación del Johan Cruyff Institute, Lukas Dor- da hace un análisis puntual del fenómeno de los Fantasy Sports Games. Destaca que es, como ya se ha descrito antes, un universo paralelo. “A los seguidores de los jue- gos de fantasía no les suele importar el resultado final de un partido tanto como el rendimiento individual de algunos jugadores de uno o ambos equipos”. Es decir, aquí no se trata de deporte ni de hinchas de equipos. Aquí la palabra clave es “juego”. Y cita al historiador holandés Johan Huizinga, autor de Homo Ludens : “El juego es una condición primaria de la generación de la cultura. El acto de jugar es más antiguo que la cultura. Muchas actividades humanas, como la filosofía, el len- guaje o la guerra, tienen su origen en el juego”. Detrás de la pasión del juego, lo que subyace es la necesidad humana de generar sentido de pertenen- cia a una comunidad. Ese es el disparador más rele-
Barmack y Max Handelman, dos veteranos del juego que, más allá de consejos y revelaciones sobre la manera de jugar y de ganar, celebran de diversos mo- dos los rituales absurdos, las personalidades excéntricas (y egocéntricas) y las supersticio- nes más ridículas que forman parte de la liga ficticia. Hay 32 millones de seres humanos que aguardan cada
vante que ocasiona que tantos millones de personas esperen ansiosamente las contiendas deportivas: no se trata solo de sentarse con alguien a mirar un partido del equipo favorito, sino de alternar la realidad con juegos virtuales donde se da la conexión con otros amigos y familiares. De todos modos, ganar en el universo de las fan- tasías también sabe a victoria.
D E T R Á S D E L A P A S I Ó N D E L J U E G O , L O Q U E S U B Y A C E E S L A N E C E S I D A D D E P E R T E N E N C I A A U N A C O M U N I D A D . E S E E S E L D I S P A R A D O R M Á S R E L E VA N T E Q U E O C A S I O N A L A E S P E R A A N S I O S A D E L A S C O N T I E N D A S D E P O R T I VA S .
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