L O S D R O N E S P A U T A N E L F U T U R O D E L T R A B A J O
S I L A T E C N O L O G Í A R E E M P L A Z A A L A H U M A N I D A D , ¿ C U Á L E S E L L E G A D O Q U E P O N D R E M O S E N N U E S T R A S E S P A L D A S ?
Podríamos pensar que cuando una puerta se cierra, otra se abre. Si bien los drones reemplazarán a los con- ductores, se presenta la necesidad de que haya alguien que maneje estos drones y que, incluso, los construya. Más que una solución, es un parche. La llegada de la inteligencia artificial desplaza cada vez más las ya escasas posibilidades laborales novedosas. Con sus avances es más factible pensar que ni los drones ni las futuras tecnologías necesitarán ni de pilotos, ni de constructores ni de quién los maneje a distancia. Se avecinan nuevas oportunidades laborales que respondan a nuevos desafíos y retos conforme a la época en que vivimos. Si bien se van cerrando puertas
que tradicionalmente estaban abiertas, hay posibilida- des alternas que cada día parecen menos posibilida- des y más realidades. Dejar de pensar la tecnología como ajena sino como hermana, como ayudante y no solo como herramienta, es un primer paso hacia la conquista del futuro: uno que se avecina complejo, sí, pero esperanzador. Al final del día quedan preguntas sin resolver y anécdotas por contar, pero sin duda una idea que no sale de mi mente al pasar por estos lares es: ¿qué le dejaremos al futuro? Si la tecnología reemplaza a la hu- manidad, ¿cuál es el legado que pondremos en nues- tras espaldas? Ofrezco una posible respuesta: la ética.
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