El self-care no es solamente velitas o el episodio más reciente de un pódcast sobre mindfulness . La autora navega por todos los aspectos de este término que tiene mucho boom en el siglo 21… y analiza cómo lo podemos aprovechar mejor.
E l término más común para esto es self-care . Poco menos usado y más vernáculo es auto- cuidado (para evitar anglicismos). Y es que, en los últimos tiempos, esta industria sufrió cambios importantes que seguramente impactaron tu vida diaria —y quizá no te habías dado cuenta. Todo estilo de vida tiene sus inicios en la época del imperio romano y esta filosofía de una vida salu- dable tiene un rol en la participación política, social y personal. En su tiempo, los antiguos romanos logra- ron identificar que no solo se debía estar enfocado en generar dinero y llevar alimento al hogar, sino de disfrutar la vida, estar bien y vivir plenamente. Por otro lado, los griegos identificaron la autoconciencia como parte fundamental del autocuidado. Este, a su vez, permitía una sana participación pública con buena ética ante los encuentros políticos que en di- cha época había. ¿Cómo se llevaba a cabo el self-care en estas épocas? Para sorpresa de todos, ya se pensaba en algo más que solo en una dieta saludable y una vida libre de ansiedad y estrés. La principal respuesta se coloca en los conocidos spas, que datan desde la Roma antigua. En la búsqueda de los ciudadanos de antes por llevar una vida equilibrada, los espacios dedicados al descanso y la interacción social dieron un giro de alto nivel político: en estos se tomaban las
decisiones más importantes de la comunidad, pro- curando siempre la serenidad y tranquilidad que el vaporcito y las aguas calientes permiten. Rápidamente se esparcieron por toda Europa — el Rey Enrique VIII de Inglaterra los promovió como espacios con altos niveles curativos y efectos rejuve- necedores— y tomaron tonos médicos; por lo mismo, hoy en día muchas personas consideran que, cuando se habla de self-care , únicamente se hace referencia a las condiciones del cuerpo y a los hábitos alimen- ticios. Esto es apenas una parte del alcance que hoy en día tiene el bienestar. TANTA OFERTA, ¿PARA QUÉ? El año pasado, la industria del self-care registró un valor de aproximadamente 11 mil millones de dóla- res. En los últimos siete años se notó un crecimiento considerable con respecto a los periodos anteriores y, con la pandemia, alcanzó horizontes increíbles. En 2020, su crecimiento fue de 250 % y ese mismo año la palabra self-care alcanzó la posición #1 como la búsqueda más frecuente en Google en cuanto a asuntos personales. Es por eso que tenemos una oferta sin fin de propuestas, libros, herramientas y actividades que promueven el bienestar y, a pesar del mundo de op- ciones que nos rodea, parece que ninguna es muy
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