S E L F - C A R E : A Y E R , H O Y Y S I E M P R E
Aprender a discernir entre lo que aporta y perjudica a nuestra vida también es clave y para eso se necesita de una actividad básica del ser humano: dormir.
efectiva para mitigar la carga que conlleva la rutina diaria. Estamos expuestos a una sobresaturación en social media con personas que aparentan vidas y cuer- pos perfectos, relaciones de película romántica y una posición económica que figura poco esfuerzo. Esto nos genera, es bien sabido, pensamientos como “yo no es- toy así” y “yo no tengo eso”. Además, en los últimos meses hubo un incre- mento de uso de gadgets tecnológicos para lograr el bienestar, así como un crecimiento de venta de dispositivos que miden los pasos, la frecuencia car- diaca, la quema de calorías y el sueño. Las ventas del Apple Watch se dispararon 23 % desde el primer trimestre de 2020, comparado con 2019, y no paró de venderse como pan caliente en 2021. Pero no po- demos dejar de lado que, obvio, tener este disposi- tivo de Apple no nos garantiza ser más felices y que no nos ayuda a tener más tiempo para cuidarnos o a lograr un cuerpo más flexible. MINDFULNESS : LA OTRA CARA Por otro lado, hay otra herramienta dentro de esta industria que ha tenido un repunte y de la cual segu- ramente ya has oído hablar: mindfulness . Esta técni- ca de meditación es un negocio de miles de millones de dólares que promete ser una excelente opción para la disminución de estrés. Sin embargo, expertos han determinado que, si la meditación está asignada como una tarea más a realizar, puede generar efectos opuestos a los que pretende causar: incrementa el ni- vel de ansiedad de quien lo practica. Las obligaciones no son placenteras.
La exigencia de la sociedad por hacer cosas por el autocuidado, etiquetarlas como una tarea y tratarlas como un paso necesario para algo, corresponde al mayor problema que tenemos. No necesitamos más deberes y obligaciones en la agenda porque esto mantiene pensamientos de autocrítica y acabamos sumidos en la culpa de no lograr un equilibrio en nuestra propia vida. Aprender a discernir entre lo que aporta y perjudica a nuestra vida también es clave y para eso se necesita de una actividad básica del ser humano: dormir. Lejos de empezar a comprar velas aromáticas y escuchar un pódcast de bienestar como primeras acciones para lograr tu cuidado, es imprescindible que te eches tus siete horas (promedio) de sueño. Es imposible pen- sar claramente cuando no se ha descansado. Puedo afirmar que, si quieres empezar a cuidarte, esta es la primera acción básica de self-care . En esta nueva era de la industria del autocuidado podemos concluir una cosa: el bienestar no se trata de cursar una materia en bienestar y aprobarla, agre- gar múltiples daily tasks a tu agenda, comprar velas carísimas hechas con exclusivos aceites esenciales ni escalar el Himalaya y meditar en la cima. Se trata de hacer pequeños actos diarios como tender la cama, agradecer por las cosas buenas en tu vida, respirar profundo al despertar, lavar los platos después de la comida… cosas que te sitúen entre ser disciplinado y ser muy bueno contigo mismo.
Ese es el inicio del equilibrio. Tú eres tu prioridad.
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