El uso de la economía del comportamiento en las empresas españolas
Muchas ideas a priori brillantes no logran ser exitosas. Para implementar una idea innovadora con éxito, es necesario ir más allá de identificar dónde se desea actuar o cuál es el hueco de mercado y de encontrar una tecnología disruptiva para hacerlo. Requiere también entender cómo las personas van a adoptar la innovación. Esta adopción dependerá del esfuerzo cognitivo que suponga, de las asociaciones emocionales que desencadene y de la manera en la que se perciba, dependiendo de diversos factores sociales y culturales. Entender cómo afectan estos elementos no es fácil. Muchas organizaciones, especialmente aquellas que actúan en mercados minoristas, realizan grandes inversiones en investigaciones de mercado con el fin de entender a sus clientes e innovar. Sin embargo, muchas de estas investigaciones, sobre todo aquellas que utilizan las preferencias declaradas de los consumidores como predictoras de su comportamiento, al final no tienen demasiado éxito: hay una brecha entre cómo dicen los consumidores que van a actuar y cómo acaban actuando.
proceso de innovación. Este campo, que une conocimientos de la economía y las ciencias del comportamiento, busca entender cómo se toman realmente las decisiones económicas. A través de esta perspectiva interdisciplinar, y haciendo uso de la experimentación, la economía del comportamiento permite obtener una visión más fidedigna de cómo actuamos en el día a día. En los últimos cincuenta años, esta ciencia se ha expandido con rapidez desde la academia al sector público y, más recientemente, al privado. Hoy en día, gobiernos, organismos internacionales y grandes empresas hacen uso de sus aprendizajes para entender mejor a sus ciudadanos y clientes (o incluso empleados) y, a partir de ahí, diseñar mejores políticas públicas, bienes y servicios para ellos. En España la adopción de este campo parece ser más lenta que en otras geografías. Aún no existe en nuestro país un organismo especializado en su aplicación en la esfera pública, mientras que sí que existe en países próximos, como Alemania, Francia o Reino Unido, o más lejanos, como Estados Unidos o Australia. Sin embargo, hay ciertos gérmenes en la esfera pública: la Comisión Nacional de los Mercados (CNMV) y la Competencia (CNMC) son ejemplos de ello. También se
En este sentido, la economía del comportamiento es una disciplina que puede resultar de gran utilidad para el
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