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cubierto por el crudo que importamos bajo un esquema de dólar al alza, habría que preguntarse qué tanto aportaría incorporar a Petroperú como participante dentro de toda la cadena de valor de la industria petrolera, y cómo finalmente alcanzaríamos precios justos. Tratándose del segmento de upstream, Petroperú está todavía dentro de un proceso de aprendizajecomooperadordondetodavía no puede asumir todos los riesgos que supone la actividad de explotación, ya que su capacidad técnica en la gestión de lotes se encuentra limitada a las experiencias que tendrá en los lotes 192 y 64, y su capacidadfinanciera se encuentra comprometida por una deuda de aproximadamente US$5 mil millones por lamodernizaciónde laRefineríadeTalara. Convertir la promesa presidencial de precios justos en una realidad requiere pensar en que este es un partido que no está jugando solo Petroperú, sino que los inversionistas son parte fundamental del mismo equipo. Un ejemplo de ello es la reciente selección de Altamesa Energy Canada Inc. como socio de Petroperú para reiniciar las actividades del lote 192 tras más de un año paralizado. Sin duda actuar de manera asociada permitirá que laempresacanadiensedotedecapacidad técnica y económica requerida para la gestión del lote 192, pero a su vez aporte en la curva de aprendizaje de la empresa estatal. Un esquema similar debería ser adoptadopara la gestión del lote64. De la mano, se presenta una nueva oportunidad para poner sobre la mesa la adopción de medidas que incentiven la

En lo que respecta a la exploración, el panorama es similar. A julio de 2021, contamos con 9 contratos de exploración, mientras que, a julio de 2016, se registraban 26 contratos de este tipo. Peor aún, durante el 2020 se perforó un pozo exploratorio y en lo que va del 2021 todavía no se registra la perforación de ningún pozo. A pesar de que, al igual que en otros países, las políticas de aislamiento para hacer frente a la pandemia del Covid-19 nos obligaron a tomar medidas que paralizaron o desaceleraron el desarrollo de ciertas actividades económicas reduciendo el consumo diario de hidrocarburos, la Sociedad Peruana de Hidrocarburos ha reportado que la oferta local todavía es insuficiente para atender la demanda interna de en promedio 250 mil de barriles petróleo por día, siendo que la importación de este hidrocarburo se mantiene como necesaria para cubrir la brecha de en promedio 210 mil barriles por día. Vale recordar que el Perú es un país dependiente de la importación de hidrocarburos, por lo que está expuesto a lasvariacionesdesuprecioenelmercado internacional. Esta importaciónhoyseveríaencarecida por el alza del dólar. Según estimaciones, comparadoconel nivel degastodel 2020 de cerca de S/14mil millones, para el año 2021 se tendría que gastar S/1,9millones adicionales para satisfacer demanda interna de crudo. Ensuma, bajouncontextodondecasi todo nuestro consumo interno viene siendo

Lo que se espera de este nuevo gobierno es solvencia, eficacia y sentido orientativo para establecer una hoja de ruta del cómo vamos a lograr reactivar la producción de hidrocarburos en el país.

actividad de exploración y explotación de hidrocarburos que arduamente fueron discutidas antes de la pandemia del Covid-19, pues a diferencia de otros países que aceleraron la aprobación de estas medidas actualizando su marco regulatorio, en nuestro caso se decidió guardar en un baúl la aprobación de estas medidas que resultan urgentes para reactivar el segmentode upstream. Solo de modo enunciativo, tenemos a la nueva Ley Orgánica de Hidrocarburos que buscaba ampliar tiempos de exploración para incorporaráreasantesnoexploradas, los ajustes al régimen de regalías petroleras desvinculando la variable costo y más bien acotando la determinación a la escala de producción y los precios internacionales de los hidrocarburos, y la incorporación de incentivos fiscales a la fasedeexploración. Ahora habría que añadir a estas medidas urgentes, la reingeniería institucional de Petroperú en cuanto a su gerencia de exploración y producción para asumir estos nuevos retos, y sin obviar la otra promesa presidencial de “convertir al Perú en un país carbono neutral al 2050”, también incluir como medida el construir de manera conjunta con los operadores un plan de transición energética para mitigar los efectos del cambio climático. Lo que se espera de este nuevo gobierno es solvencia, eficacia y sentido orientativo para establecer una hoja de ruta del cómo vamos a lograr reactivar la producción de hidrocarburos en el país (rentabilidad económica) y cómo ello puede ser trasladado a mayor inclusión energética sostenible (rentabilidad social). Muchas acciones concretas ya se encuentran sobre lamesa.

En lo que respecta a la exploración, el panorama es similar. A julio de 2021, contamos con 9 contratos de exploración, mientras que, a julio de 2016, se registraban 26 contratos de este tipo.

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