ANEXOS
4.000 3.500 3.000 2.500 2.000 1.500 1.000 500 0
Figura A4.1. Indicador principal de productividad material: comparación con economías seleccionadas del norte de la Unión Europea. Fuente: Elaboración propia ASYPS a partir de datos de Eurostat, (2016).
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
2012 2013
Alemania Bélgica
Dinamarca Finlandia Francia Países Bajos Reino Unido Suecia España
Cuando se compara la evolución del indicador princi- pal en España con las economías del sur de la Unión (Grecia, Italia, Portugal y, excepcionalmente, Irlanda), se aprecia una evolución más pareja de sus indicadores (lo que denota una mayor similitud entre estructuras eco- nómicas).
se da con las economías de Italia e Irlanda y, especial- mente, con la de esta última, dadas las similitudes que existieron entre ambas en la elección del modelo y es- tructura productivos previos a la crisis económica (ca- racterizados ambos por un fuerte peso del sector de la construcción y unos niveles muy elevados de consumo de minerales no metálicos destinados, precisamente, a la satisfacción de las necesidades de dicho sector).
La mayor semejanza, como se aprecia en la Figura A4.2,
250
Figura A4.2. Productividad material comparada. Economías seleccionadas del sur de la Unión Europea, e Irlanda. Fuente: Elaboración propia ASYPS a partir de datos de Eurostat, (2016).
200
150
100
50
0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
2015 2014
España
Grecia Irlanda
Italia Portugal
Finalmente, y teniendo en cuenta el desarrollo del com- portamiento del indicador principal en los años prece- dentes, puede estimarse que su evolución será favora- ble en términos de «desmaterialización» 11 (es decir, de una menor cantidad de consumo nacional de materiales
por el mismo -o superior- producto interior bruto), siem- pre y cuando se mantenga la tendencia de consumo material que se viene apreciando desde el año 2008, tal y como se muestra en la Figura A4.3.
Hay que tener en cuenta, no obstante, que en los procesos de «desmaterialización» influye no sólo el comportamiento de las variables dentro del territo- rio de un país, sino también fuera de él. Es decir, en muchas ocasiones, se asegura estar asistiendo a procesos de «desmaterialización» efectiva cuando, en realidad, dichos procesos se camuflan en una «rematerialización» oculta de la economía en cuestión: la deslocalización de procesos altamente con- taminantes, y muy intensivos en el uso de materiales fuera del territorio de un país puede provocar una disminución en el consumo material aparente de la economía, pero la carga al sistema, las presiones y la tensión ecológica derivadas de ello se mantienen ya que, en niveles absolutos, el consumo de materiales no disminuye, sólo se traslada. 11
SITUACIÓN Y EVOLUCIÓN DE LA ECONOMÍA CIRCULAR EN ESPAÑA 107
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