02 SISTEMA DE EVALUACIÓN
2.2. Sistema de evaluación integrado
dores que marquen tendencias positivas en este sentido indican cambios favorables hacia la mayor circularidad en el eje recursos-residuos. Si, por ejemplo, el consumo de energía se reduce al mínimo y proviene de fuentes renovables, no solo se fomenta la economía baja en car- bono sino que se incide positivamente en la transición hacia la Economía Circular. Asimismo, de forma complementaria deben incorpo- rarse otros indicadores temáticos de diferente compo- sición que están relacionados con los cambios ambien- tales y socioeconómicos. En este sentido, los efectos del uso sostenible de la biodiversidad, la mejora de la calidad del aire y la gestión del suelo tienen una impor- tante repercusión. Por otra parte, las transformaciones socioeconómicas también tienen una gran incidencia con respecto a los patrones de movilidad sostenible, las pautas de alimentación, la eficiencia en los inmuebles o los usos del suelo, entre otros. Igualmente, es importante contemplar las relaciones con los procesos de cambio social que se derivan de la implantación de políticas de innovación , instrumen- tos horizontales y cambios de hábitos, así como nuevas formas de comportamiento de los ciudadanos-consu- midores-usuarios. Un ejemplo de ello lo constituirían las condiciones de precios justos con internalización de externalidades y fiscalidad ecológica: los precios se marcan según su coste real para favorecer un consumo racional. Destaca en este sentido, especialmente, el pa- pel que juega la Fiscalidad Ecológica, en general y, más particularmente, el enfoque definido como Reforma Fiscal Ecológica para crear condiciones de doble bene- ficio económico y ambiental. Sin embargo, y a pesar de una mayor incidencia en los dos últimos años, en térmi- nos relativos, la presión fiscal sobre el medio ambiente en España es todavía moderada en comparación con los países europeos más avanzados. Los incentivos de la compra pública sostenible-circular también son esen- ciales para los modelos de gestión pública ejemplari- zante. En ambos casos se obtienen importantes venta- jas para mejorar e incentivar los procesos de Economía Circular. Por otra parte, finalmente, existen nuevas formas de consumo colaborativo, economía del bien común y eco- nomía solidaria que favorecen la reducción del consumo material: en vez de comprar para poseer, se aboga por un consumo colaborativo para compartir, redistribuir o reutilizar los productos. En la situación actual existen importantes lagunas de información sistematizada sobre las principales varia- bles a considerar y su traducción en indicadores ope- rativos. Una representación gráfica de esta visión integrada se expone en la Figura 3, donde se observa un proceso de retroalimentación entre las variables estructurales y socioeconómicas (las contenidas en los márgenes de
Un sistema de evaluación integrado parte de una visión global y tra- ta de profundizar en el análisis de los flujos materiales y energé- ticos, en la ecoeficiencia de los procesos productivos, así como en las interacciones ambientales y los cambios socioeconómicos. Reconociendo las limitaciones propias de los indicado- res específicos de la Economía Circular y de la informa- ción directa que estos proporcionan, se estima necesa- rio presentar un sistema de evaluación integrado que tenga en cuenta la contextualización de estos indica- dores en el seno de la evolución de los procesos de producción y de consumo y de las transformaciones socioeconómicas de carácter estructural . Aunque este enfoque metodológico está aún por desa- rrollarse, una primera aproximación se puede plantear siguiendo las orientaciones enmarcadas por la estrate- gia global Europa 2020 y específicamente desarrolla- das por la “Hoja de Ruta para una Europa que utilice eficientemente los recursos”. El sistema de evaluación integrado, en todo caso, debe estar basado en un sistema de indicadores disponibles, maduros y reconocidos a nivel comunitario y nacional que a su vez cumplan con los requisitos de comparabi- lidad y que sean significativos, relevantes y útiles para la acción. De esta manera, el enfoque propuesto, además de los indicadores principales de primer nivel, que marcan la tendencia en la productividad y eficiencia en el eje central de recursos-residuos, pretende disponer de un cuadro de indicadores ajustados a las fases del circu- lo económico (insumos de materiales; ecodiseño; uso de materiales en la producción; uso de materiales en el consumo; reciclado de residuos) que ofrezcan informa- ción relevante sobre la capacidad del modelo económi- co para “cerrar círculos” y que sean especialmente útiles para el seguimiento de los avances. Adicionalmente, se debe contar con una información sobre los procesos que desde una “dimensión macro” afecta a la evolución de la circularidad económica en relación con el uso de la tierra, materiales, agua y emi- siones de carbono. En consecuencia, todos los indica-
SITUACIÓN Y EVOLUCIÓN DE LA ECONOMÍA CIRCULAR EN ESPAÑA 35
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