Concurso Habitar poético en Cantalao, croquis aéreo, 1991 (© Glenda Kapstein).
La ‘internacionalización’ de lo latinoamericano
La VIII Bienal de Arquitectura de Chile, de 1991 -Arquitectura Latinoamericana: un Camino Propio-, fue un anticipo de la celebración de los 500 años de América. En ese evento se desarrolló el concurso internacional Habitar Poético en Cantalao, donde Glenda Kapstein y David Cabrera reciben una mención con su propuesta. El concurso pretendía consolidar un proyecto de una residencia de poetas en Cantalao, una idea original de Neruda. En 1987 se habían instalado en el terreno nueve esculturas en piedra, producto de un simposio organizado por el escultor Francisco Gazitúa, dispuestas sobre el terreno-meseta que se alza sobre el mar, de forma dispersa, pero delimitando un borde-cumbre. Para Kapstein, esa acción de arte era parte de la memoria del territorio, donde la ubicación coincidía con la topografía. La propuesta de Kapstein-Cabrera, denominada “Memoria a conservar”, rescata la idea de que la implantación en el lugar es “el primer acto poético que el hombre realiza antes de construir su hábitat” 22 . Propone una arquitectura que respeta la cota más alta, sin intervención, donde el ser humano puede experimentar la vastedad territorial del cuerpo alzado sobre ‘el mundo’, ciertamente una experiencia de lo sublime. Se construiría así sólo desde esa cota elevada, bajando hacia el nivel del mar. Se acentúa la verticalidad del terreno en la quebrada sur, con un trazado que organiza el lugar y perfila un promontorio desgastado por el viento, dando como resultado un edificio quilla al viento dominante 23 .
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