Revista AOA_09

- RL: Norman Foster suele hablar de la Hearst Tower de Nueva York, destacando que el análisis de los costos de su ciclo de vida demuestra que en realidad se ahorra dinero a través del desarrollo de sistemas sustentables. La Hearst Tower fue de los primeros edificios concebidos para mejorar el ambiente de trabajo del personal: si estaban en un lugar feo, poco agradable, muchos de ellos terminaban yéndose. Habían tenido buenos editores y buenos junior que duraron uno o dos años y luego se fueron porque no podían soportar el ambiente laboral. Entonces vieron que si generaban un buen espacio y una atmósfera de trabajo adecuada lograrían mantener a su gente… Eso es algo que se está volviendo importante en la ecuación financiera de cualquier negocio. - YB: La Hearst Tower usó 20% menos de acero que una estructura convencional. Sin embargo, es más difícil visualizar cómo el edificio usa un 25% menos de energía. ¿Qué conceptos de ahorro de energía se aplicaron en el edificio para lograrlo? - Primero, vale la pena explicar de dónde vino la diagrid. Esta se hizo porque dada la proximidad a una torre vecina, se desplazó de su centro el núcleo del edificio. La diagrid permitió crear una estructura más liviana, que usara menos acero y tuviera menos tonelaje. Además, ese acero es 99% reciclado de otros edificios. “En términos de los demás ingredientes que conforman la torre, se aprovechan las excelentes condiciones climáticas de Nueva York durante la primavera y el otoño. Lo que hacemos durante dos tercios del año es tomar el aire fresco naturalmente desde afuera del edificio y lo filtramos y movemos a través suyo: así se evita sobre utilizar aire acondicionado en verano, porque el clima es suficiente para mantener el edificio. Igual cosa con la calefacción en invierno, todo funciona a través de un sistema de biomasa. Aunque obviamente si un día hace mucho calor habrá que usar el aire acondicionado, pero por lo general se utiliza mucho menos energía. “Otra aplicación interesante es el atrio: normalmente para calefaccionar un gran espacio abierto usas mucha energía, pero a partir de lo que aprendimos del Commerzbank usamos calefacción radiante para crear un ambiente más limpio. Es el mismo sistema que usamos en el Museo Británico. Utilizar un sistema de calefacción bajo el suelo a través de agua crea un mejor microclima. Asimismo, en lugar de botar el aire que se ha mantenido a 21º, ya acondicionado y filtrado -que es lo que se hace en muchas oficinas-, nosotros lo refiltramos y volvemos a lanzar al atrio. Entonces, el aire que circula es de verdad aire, que se reutiliza y que ya está a la temperatura adecuada. “También aprovechamos el agua lluvia recolectándola en el techo del edificio, se almacena en estanques en el subterráneo y se reutiliza en el sistema de calefacción y en el riego de plantas; los baños también usan menos agua, con griferías que controlan la salida de agua y de descarga. En el atrio hay una cascada que ayuda a humedecer y enfriar el espacio a través del flujo natural de agua fría. Sólo por su presencia ayuda a enfriar el aire del lugar. “Utilizamos sensores, de modo que la iluminación artificial se apague cuando no hay nadie en el recinto. Además, el diseño de cada planta permite que entre mucha luz durante el día y se use menos energía eléctrica”.

Hearst Tower, Nueva York, 2000-2006 Bajo la supervisión de Haw, con esta obra la arquitectura de Foster + Partners debutó en Estados Unidos. Construida sobre un edificio Art Deco de los años 20 -del que recicló buena parte de sus estructuras de acero-, se la considera un modelo de bioarquitectura.

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