“Larga vida al hormigón” vaticina Luis Izquierdo, arquitecto que junto a Antonia Lehmann fundó la oficina Izquierdo-Lehmann y cuya obra se centra en el uso de este material, desarrollando sistemas constructivos originales en hormigón a la vista. Esta elección se gesta desde la convicción de que toda arquitectura debe ser hecha con el ánimo de durar indefinidamente, para “dar cuenta a los que vengan de lo que somos y de lo que fuimos capaces de hacer”, ha escrito Luis Izquierdo. “Por ello, nosotros hemos preferido construir en hormigón armado descubierto, obras monolíticas, capaces de resistir la fuerza telúrica de nuestro suelo y perdurar en pie por sí solas”. Al definir la esencia constructiva del hormigón armado, Luis Izquierdo explica que el material hace posible una arquitectura en que la forma se moldea, y en que la fábrica del edificio es de una sola pieza, de una sola “piedra con alma de acero”. La metáfora “piedra con alma de acero” que usted utiliza para describir el hormigón armado, nos lleva a pensar en la esencia misma del material. LI: No es meramente metáfora. La palabra alma se usa para designar una cosa que está contenida en el interior de algo y es literalmente así en el caso del hormigón armado. La gracia es que el acero le da la capacidad de resistir tracciones a esta piedra reconstituida. El hormigón es un líquido que se solidifica al interior de un molde, lo cual ha permitido que, por primera vez en la historia de la arquitectura, las obras queden hechas de una sola pieza (el problema crucial de la construcción siempre ha sido resolver uniones entre elementos discretos). Esta condición monolítica del hormigón armado tiene enormes consecuencias plásticas de las que hay que estar alerta. Hay que estar conciente de esas cualidades y de esas maneras de ser propias del material para poder darle su forma más feliz, manifestando en plenitud sus posibilidades . ¿De qué manera han evolucionado las tecnologías de sistemas de construcción en hormigón? LI: En los últimos veinte años, ha habido un desarrollo importante en el orden práctico y económico, han aparecido una serie de procedimientos constructivos que aseguran una mejor calidad, un mayor control de los resultados, una industrialización y con ello un costo que ha ido decreciendo. Eso ha hecho más segura y económica la construcción en hormigón a la vista. El campo de los moldajes es el que más se ha desarrollado. Sin embargo el conocimiento de sus características de resistencia, retracción y de impermeabilidad están aún refinándose. Ahora bien, ciertos procedimientos que hace diez años resultaban engorrosos y que eran difíciles de controlar, hoy en día se han hecho más comunes y corrientes en virtud de la experiencia. En cuanto a la invención de sistemas constructivos y moldajes ¿cómo se maneja el tema de los derechos de autor? LI: En nuestro caso particular, hemos hecho algunas invenciones relativas a procedimientos constructivos en hormigón y moldajes, y los correspondientes trámites de patente aquí, en Estados Unidos y la Comunidad Europea. Es un procedimiento lento, costoso, que se justifica si uno cree que esa invención tiene un valor económico a cautelar. ¿Cómo se construirá en hormigón en sesenta años más? LI: Aunque depende de factores económicos, yo le auguro larga vida al hormigón. Hoy la tendencia indica que cada vez se puede obtener este material de mejor calidad y resistencia.
Casa Rojas.
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