La poda de las ramas más bajas de un árbol dependerá de su ubicación en el paisaje. Por ejemplo, un árbol al costado de la carretera debe podarse para no obstruir la vista del conductor. Siguiendo este criterio, podrías querer podarlo para mejorar la visibilidad cuando salgas en reversa de tu entrada. También es útil recortar las ramas bajas para despejar una acera o facilitar el paso de peatones en tu jardín o patio. Además, podrías necesitar espacio para pasar la cortadora de césped, pero sin acercarla demasiado al tronco. Recuerda: las cortadoras de césped y desbrozadoras pueden dañar el tronco tierno de un árbol joven. El espacio vertical entre las ramas debe ser de aproximadamente 30 cm para los árboles frutales, o de 45 cm para los árboles caducifolios medianos o grandes. La poda puede volverse casi adictiva una vez que empiezas, pero ¡ve despacio! Haz una pausa, da un paso atrás y observa bien. Nunca podes más del 25 por ciento de las ramas del árbol que tienen hojas. Los árboles jóvenes necesitan tiempo para recuperarse incluso de los cambios más sutiles. Podarlo puede ayudarlo a crecer y convertirse en una adición saludable y atractiva a tu paisaje, pero una poda deficiente puede atrofiar su crecimiento o hacerlo inestable en los próximos años. En caso de duda, siempre consulta a un profesional antes de usar las tijeras o la sierra de podar. Para obtener más detalles al respecto, consulta el folleto del Servicio Forestal del USDA sobre poda.
A la izquierda, este árbol joven se benefició de la poda en su primer año. Se eliminó un tallo codominante para que el árbol continuara prosperando después de ser trasplantado de un vivero a un lote residencial en Silver Spring. Esto se conoce como "poda estructural". A la derecha, este grupo de robles jóvenes ha sido bien podado, con las ramas principales centrales y las ramas inferiores recortadas. Sin embargo, los árboles se beneficiarían de un mantillo para mantener la tierra húmeda.
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