Babe Ruth sabía que los fracasos solo eran parte del camino al éxito. A pesar de haber alcanzado tantos triunfos, también era conocido por haberse ponchado muchísimas veces. En aquel entonces tuvo más ponches en su carrera que ningún otro beisbolista. Estableció una marca de 1,330 ponches, la cantidad más alta que cualquier otro beisbolista antes que él. Algunos incluso lo llamaban el Rey de los Ponches. A pesar de eso, la actitud de Babe Ruth con respecto a los ponches era así: “Cada strike me acerca al próximo jonrón”. “Nunca dejes que el miedo a poncharte evite que tomes el bate”. “Les voy a decir cómo batear jonrones. Bateo tan fuerte como puedo y trato de darle a la pelota con todo. Le tiro con todo lo que tengo. Le doy con ganas o fallo con ganas. Me gusta vivir al máximo”. Estas lecciones son poderosas. El relato habla de un partido en particular. Era la novena entrada. Los Yankees estaban perdiendo por una carrera, pero la del empate estaba en primera base. Babe Ruth se acercó a batear. El pitcher lanza, y la bola pasa justo sobre la goma. Babe Ruth intenta batear, primer strike . Si le da a la pelota, ganan el partido. Si no acierta, lo pierden. Todo está sobre sus hombros. El pitcher lanza. Babe Ruth vuelve a fallar, dos strikes . Babe retrocede un instante y luego se acerca a la goma una vez más. Todo depende de esto. El resultado del partido depende de él, de este lanzamiento. El pitcher se impulsa, lanza la bola sobre la goma y Babe batea con toda su fuerza. La pelota se va por encima de la valla en el jardín central. ¡Ese jonrón le da la victoria a los Yankees! Después del partido un reportero se le acerca y le dice: “Era el final de la novena entrada con dos outs y tenías dos strikes . Debes haber sentido una presión abrumadora. ¿Cómo lo hiciste?
¿Qué sentiste?”. Babe respondió: “Sabía que era mía; ya tenía dos strikes . La siguiente tenía que ser un golpe”. Uno no puede batear un jonrón sin strikes . No se puede lograrlo sin strikes . Esa era su actitud. Podemos aprender mucho de eso. En Melaleuca hay varios líderes que me recuerdan a Babe Ruth. Estoy hablando de nuestros Directores Corporativos y Presidenciales. Todos ellos tienen cosas en común con Babe Ruth, porque saben que el fracaso es un paso en el camino al éxito. A ellos los han rechazado más que a nadie. Si aprendiéramos a afrontar el fracaso como lo hacen los campeones, todos podríamos estar en el lugar que ellos están. Ellos salen a batear una y otra vez por más que los rechacen. Hay que afrontar muchos rechazos antes de que alguien diga que sí. No hay forma de tener un “sí” sin unos cuantos “no”. Cada “no” nos acerca al “sí”. ¡Siempre es así, siempre! Esa es una lección que todos deberíamos aprender y no permitir que nada nos detenga. El camino al éxito está empedrado de fracasos. No existen otros caminos. Todos nuestros Directores Corporativos saben eso. Babe Ruth sabía eso. Es necesario aprender a afrontar el fracaso. Aprender a afrontar las objeciones. Aprender a superar los obstáculos. Aprender a levantarnos con entusiasmo después de cada caída. ¡Ese es el camino que conduce al éxito! Babe Ruth lo resumió perfectamente cuando dijo: “Es difícil ganarle a una persona que nunca se da por vencida”. Y eso es lo que debemos aprender. Cordialmente,
@FLVanderSloot
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