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PHOTO BY JAIME LEBRIJA

De la Patagonia al Mundo: La Brujería Musical Surrealista de Fémina Por Isabela Raygoza

F émina es una fuerza musical. Las tres mujeres dominan un flujo, una cadencia y un ritmo feroz en el escenario, combinando sus instrumentos folclóricos con armonías exóticas que guían al escucha a los exuberantes paisajes de la Patagonia. En una tarde soleada del 2014, en un festival independiente en el norte de Francia, el trío aparece posando debajo de un árbol, formando un semicírculo, como si estuviese en su entorno natural. Su imagen evoca la de unas ninfas hermosas, hadas o brujas bohemias. Sus atuendos alimentan este aura, lleno de colores brillantes y textiles, mientras sus cabellos lucen adornado con flores. Con un rap-folk enigmático y místico, Fémina anuncia su llegada. El grupo se arma de instrumentos folklóricos, empezando por el ronroco de Sofía “Toti” Trucco. La pelirroja domina el charangón de diez cuerdas–un instrumento muy común en la música andina–con una urgencia feroz. Mientras tanto, el cajón flamenco de Clara “Wen” Trucco convive de manera exquisita con la guitarra esplendorosa de Clara “Clari” Miglioli. “Nadie [en el festival] las conocía–en realidad, no tenían fans en

Francia,” recuerda Allie Silver, quien funge como gerente de Fémina y otros artistas sudamericanos. Silver radica en Buenos Aires y es originaria de Weston, Connecticut. “Yo era fan y amiga de Fémina en ese momento, y aunque no trabajabamos juntas, las recomendé a los programadores como favor al grupo, ya que estaban tocando sus primeros shows en Europa ese verano. Tocaron un pequeño set acústico bajo un árbol–digo, apenas parecía un escenario,” dice Silver. “De hecho, se convirtieron en el éxito del festival y vendieron todos sus discos. Fue entonces cuando me di cuenta que tenían un gran potencial internacional.” Desde allí, Silver y Fémina han estado de gira por el mundo, viajando por todo Estados Unidos, Europa, el Medio Oriente, Australia y por las Américas. Las hermanas Toti y Wen y su mejor amiga de la infancia Clari nacieron y se criaron en San Martín de los Andes, un pequeño pueblo bucólico con lagos glaciares y bosques majestuosos, ubicado a 640 metros sobre el nivel del mar, en la cima de una montaña en la provincia de Neuquén. En varias ocasiones, el grupo ha descrito a su ciudad natal como “mágica.” “Es un paraíso,” dice Clari. “Crecimos rodeadas de las más bellas formas de la naturaleza.

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