“Jamás se preocupa solo por ella. Cada conversación con Heidi acerca de su negocio se centra en lo mucho que le importa cada integrante de su equipo. El liderazgo que ella demuestra es el vivo ejemplo de la declaración de objetivos de Melaleuca”.
No fue fácil para Heidi abandonar la carrera y el éxito por los que había luchado tanto. “Fue muy difícil abandonar eso”, reconoce. “Uno se esfuerza tanto para llegar a ser una persona capaz, que en realidad es como desprenderte de tu identidad, ya que nuestra sociedad relaciona la identidad con la ocupación”. Para su sorpresa, a Heidi le encantó quedarse en casa con sus hijas. Fue en esa época que un amigo, el Director Ejecutivo 4 Buck White, le habló de los productos más seguros y saludables de Melaleuca, y ella se convirtió de inmediato en una cliente leal. Gracias a que Buck se mantuvo en contacto y la apoyó como cliente, ella pudo ver que, además de ser una asombrosa tienda de productos, Melaleuca ofrecía una oportunidad profesional. Alcanzar la plenitud con Melaleuca Cuando sus hijas crecieron, Heidi sintió el deseo de volver a trabajar. “Sentía que me faltaba algo”, explica. “Me encanta la maternidad, pero no requería todo mi tiempo en ese momento y quería hacer algo más”. Cuando Buck la invitó a un Lanzamiento de Melaleuca, Heidi vio la compañía de otra manera. “El Lanzamiento realmente me abrió los ojos”, comenta. “Allí vi a personas que eran como yo. Comencé a leer la revista Leadership in Action y vi mujeres que tenían hijos y aun así desarrollaban negocios Melaleuca. Me di cuenta de que yo también podía hacer esto”. Sin embargo, había un inconveniente: Bret tenía muchas dudas al respecto. “Mi falta de entusiasmo por la idea no tenía nada que ver con Heidi”, aclara él. “Yo sabía (y todavía sé) que ella es una de las empresarias más brillantes que jamás he conocido. Ella trabaja incansablemente para lograr sus metas. Es cierto que los productos eran geniales, y yo comprendía que eran de primera necesidad, pero no sabía nada de Melaleuca como negocio. Mi falta de confianza era en la empresa, no en Heidi”. Heidi comenzó a hacer llamadas y a dar presentaciones Melaleuca: Un resumen . Aunque al principio no ganaba mucho, tenía la visión necesaria para seguir perseverando. Le pidió a Bret que le diera seis meses para desarrollar un negocio Melaleuca sin hacerla desistir ni comparar los ingresos que recibía de Melaleuca con los que ganaba como representante de ventas en la industria farmacéutica. “Pienso que muchas mujeres hacen frente a esa misma situación cuando emprenden un negocio Melaleuca”, señala Heidi. “Al principio dedicas mucho tiempo y los cheques son pequeños. Es entonces que la visión es tan importante; realmente debes tener una visión de hacia dónde vas y lo que es posible seis meses o incluso seis años más adelante”. Heidi hizo lo que siempre ha hecho: empezó a trabajar diligentemente para llevar a cabo una visión que poco a poco iba tomando forma. Una visión en la que ella y todas las mamás que lo desearan pudieran estar presentes en la vida de sus hijos y además alcanzar el éxito profesional. Conforme pasaban las semanas, se dio cuenta de que Melaleuca en verdad podía ser el vehículo que la ayudaría a ella y a otras mujeres a experimentar una vida familiar fantástica y a la vez generar ingresos de nivel corporativo. También descubrió que, si trataba su negocio tan en serio como sus empleos corporativos, podía generar ingresos significativos. Entonces dedicó tiempo y energía para realizar las actividades que otros emprendedores de negocios exitosos le habían afirmado que generaban ingresos, y se mantuvo fiel a ese compromiso.
—Ben Sweetwood, director regional de capacitación y desarrollo de liderazgo
19
| MELALEUCA.COM
MAYO 2019
Made with FlippingBook - Online Brochure Maker