Al Día Mayo 2019 Español

L A D I R E C T O R A E J E C U T I V A

Elizabeth empezó a desarrollar su negocio en 1985, cuando tenía 66 años de edad y la compañía tenía solo dos meses de existencia. Ella se siente satisfecha de que su pasión por el bienestar compaginó perfectamente con La compañía del bienestar. ¡ cu ple 100 años!

FECHA DE INSCRIPCIÓN: 11/25/1985 INGRESO RESIDUAL COMO

DIRECTORA EJECUTIVA $2,560 INGRESO RESIDUAL ANUAL $30,725

Su actitud receptiva y su diligencia fueron muy útiles cuando una amiga suya, Kathy Street, la llamó por teléfono para contarle sobre una compañía nueva que vendía aceite de Melaleuca. Ella le dijo a Elizabeth: “¡He encontrado algo que es lo mejor que he observado en todos mis estudios!”. “Nos reunimos y me contó todo sobre Melaleuca. Ese mismo momento quise los ocho productos”, cuenta Elizabeth. Ella consultó con amigos que la ayudaron a investigar, entre ellos, un médico de Portland que le aseguró que nada era tan curativo como el aceite de Melaleuca. “Le mostré los productos, y él se hizo cliente. Una de las cosas más tristes que presencié en el hospital fue la muerte de un niño debido a un producto nocivo que encontró en su propia casa. Así que cuando me enteré de que el aceite de Melaleuca podía tratar los piojos sin dañar al niño o niña, me impactó”. Luego le llamó directamente al Jefe Ejecutivo Frank VanderSloot. “Él mismo contestó el teléfono”, cuenta. “Le pregunté si estaba completamente seguro de que este producto no iba a dañar a nadie. Él me contestó: ‘Le doy mi palabra de honor que nuestros productos de limpieza no lastimarán a nadie’. Eso fue suficiente para mí y confié en él”. Elizabeth y Kathy se pusieron a trabajar juntas antes de que el concurso PartnerUp existiera. “Kathy y yo nos esforzamos al máximo en noviembre de 1985, cuando la compañía tenía solo dos meses de existencia. El primer mes inscribí ocho clientes. Kathy tuvo una oleada de entusiasmo y gano el premio de $500. Entonces pensé que si ella pudo hacerlo, yo también podía. Así que inscribí 19 clientes y gané el premio”. La relación entre Elizabeth y Melaleuca ha sido larga y fructífera, y comprueba que cualquier momento es bueno para desarrollar el negocio. A lo largo del trayecto, ella obtuvo seis carros nuevos y continúa recibiendo sus ingresos residuales. Además de tomar el paquete Peak Performance , ella sabe para qué es cada pastilla. Ella goza de una buena vida, como resultado de haber aunado su deseo de ayudar a los demás con la única compañía que comparte esa pasión: Melaleuca. TP Elizabeth celebró un siglo de vida rodeada de amigos, entre ellos el vicepresidente de desarrollo de liderazgo Lewis Rasmussen y el Director Corporativo Jim McCune (de pie). En una entrada en Facebook, Lewis dijo: “En la presencia de una grandeza hoy… ¡ celebrando una leyenda! Nuestra querida Elizabeth Lindberg, líder y pionera de Melaleuca cumplió 100 años. Orgulloso de ser su amigo y bendecido estando aquí para homenajearla”.

TOTAL DE INGRESOS RECIBIDOS $1,502,738

La infancia de Elizabeth Lindberg transcurrió durante la Gran Depresión. Todo el legado agridulce de esa época de valentía, resistencia, iniciativa, una incansable ética de trabajo y una férrea voluntad de jamás rendirse está entrelazado en el siglo de vida de Elizabeth. Su existencia ha sido desafiante, original, arriesgada y exitosa. “No hay tal cosa como no poder”, afirma categóricamente. Es imposible hablar con ella y no sentirse inspirado por su valentía. A Elizabeth le importaba mucho el bienestar, tal como lo es la misión de Melaleuca, mucho antes de que esta empresa existiera. Ella fue una de nueve hermanos que crecieron en el pequeño pueblo de Mist, Oregón. Allí aprendió de su madre los remedios naturales que habían pasado de generación en generación. Incluso en ese entonces, la misión de Melaleuca se reflejaba en los deseos de Elizabeth. Dice que soñaba con ser enfermera algún día, para ayudar a la gente y mejorar la vida de otras personas. Luego se casó y tuvo dos hijos, Anne y Kenneth, y junto con su esposo se dedicaron a los bienes raíces. La muerte repentina de él fue un duro golpe, pero Elizabeth sacó valor de su lema “Nunca te rindas cuando las cosas son difíciles”. Ella llegó a ser enfermera. Su inteligencia y su espíritu independiente la llevaron a investigar, porque le preocupaba la cantidad de píldoras que recetaban los médicos del hospital. “Eso fue muy emocionante para mí”, señala. “Investigar cosas cosas se volvió mi vida. Adopté la actitud de escuchar a todo el mundo pero no creer en nadie hasta no ver los resultados”. Si bien amaba su profesión, el ambiente del hospital no fue de su agrado, hasta que por fin se dio cuenta de que lo que faltaba era el toque humano. “Soy de origen finlandés, y ellos han hecho mucho con los masajes”, dice, “así que me convertí en masajista”. Ella incluso llegó a poner en práctica una de las actividades que más tarde le servirían para desarrollar el negocio, como es la de ponerse en contacto con sus conocidos. “Sabía que a los doctores y las enfermeras del hospital les daba curiosidad, así que les llamé a ofrecer un tratamiento de cortesía. Todo salió de maravilla y me volví muy popular”. Otro aspecto muy similar a Melaleuca es que Elizabeth desarrolló su negocio solo por medio de recomendaciones de sus clientes.

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MAYO 2019 | MELALEUCA.COM

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