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Sin embargo, a lo largo y ancho de su territorio –más de 756 mil kms2, sin considerar al territorio antártico– también existen otros minerales metálicos y no metálicos. Esta riqueza natural se debe a la constitución geológica del país, resultante de su ubicación en el margen activo del Pacífico, en la zona de convergencia de las placas tectónicas de Nazca y Sudamericana, y a diversas particularidades morfológicas y climáticas. Gracias a estas condi- ciones, Chile cuenta con una amplia variedad de recursos minerales como cobre, molibdeno, oro, plata, hierro, manganeso, plomo y zinc; además de 40 minerales no metálicos o Rocas y Minerales Industriales (RMI), entre los que destacan nitratos, yodo, cloruro y sulfato de sodio, sales de litio, potasio y boro. Como ya está dicho, el cobre es el mineral más importante para Chile y su presencia se distribuye prácticamente en todo el territorio, fundamental- mente en yacimientos de tipos pórfido cuprífero, estratiforme y vetiforme. Los primeros, que además constituyen la principal fuente de molibdeno y que también contienen oro y plata, están localizados en una franja de direc- ción norte-sur, en el sector occidental de la Cordillera de Los Andes. Entre estos, los más importantes son Cerro Colorado, Quebrada Blanca, Collahua- si, La Escondida, Chuquicamata, El Salvador, Potrerillos, Andacollo, Disputa- da Andina y El Teniente. Económicamente hablando, ya en 1870 Chile se posicionaba como principal exportador de cobre a nivel mundial; posición que el país consolidó durante los siglos XIX y XX con el aporte de ingenieros y especialistas en minas y metalurgia venidos desde el extranjero. Pero fue en la década entre 1990 y 2000 que, gracias a una fuerte inversión de capitales extranjeros, la minería cuprífera experimentó un gran dinamismo y se convirtió en un eje del desa- rrollo económico nacional. En paralelo, el crecimiento y fortalecimiento de esta industria ha permitido la formación de profesionales altamente calificados, con vasta experien- cia implementando las más diversas soluciones y respuestas tecnológicas para mantener al país en esta prestigiosa posición. Esta red de profesio- nales abarca todas las fases del proceso minero, desde la extracción hasta la refinación, los que son reconocidos y valorados internacionalmente por responder a los más altos estándares y por saber adaptarse a las múltiples exigencias y condiciones de los distintos tipos de faena en los diferentes mercados. Debido al enorme potencial de internacionalización con el que cuentan las empresas del rubro, así como por su contribución a la diversificación y so- fisticación de nuestra matriz exportadora del país –oferta a la que han agre- gado tecnología e innovación–, ProChile apoya decididamente a este sector a través una serie de acciones de promoción, entre las que se cuenta la Convención Minera de Acapulco. Para ello –y teniendo como norte internacionalizar una oferta robusta, com- petitiva y moderna, capaz de sentar las bases de una minería 4.0– hemos diseñado una estrategia basada en la innovación y la sostenibilidad, que tie- ne como pilares llevar al mundo la innovación ‘Made in Chile’ y toda nuestra experiencia en minería verde.

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