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varones. Por lo tanto, es importante recordar que niños mayores de un año, adolescentes, jóvenes y adultos también pueden vacunarse si no lo han hecho con anterioridad o si no tuvieron la enfermedad. Se recomienda la vacunación a los siguien - tes grupos: • hombres que tienen relaciones sexuales con hombres; • personas con trastornos de la coagulación; • personas con enfermedad hepática cróni - ca; • personal de laboratorios, centros de salud, locales gastronómicos, industria de alimen- tos; • personal de jardines maternales; • personas que viajan a zonas de riesgo de hepatitis A. A pesar de que la vacuna contra la hepatitis B es muy efectiva y también está incorpora - da en el Calendario Nacional –en este caso, para toda la población–, la prevalencia de la enfermedad se ha mantenido estable durante la última década. Esto podría deberse a que las personas adultas que todavía no se han vacunado aún transmi- ten el virus, en especial, por vía sexual. Mientras que se registraron muy pocos casos en menores de 20 años entre 2010 y 2020, la tasa fue mayor y creciente en el grupo de 20 años a 59 años. A medida que los niños que están siendo vacunados crez - can y se incorporen en la población adulta, es probable que disminuyan los casos. Mien- tras tanto, es importante recordar que, en nuestro país, todas las personas tienen derecho a vacunarse de forma gratuita contra la hepatitis B . Previene las formas crónicas de la enfermedad, que pueden llevar a la cirrosis o el cáncer de hígado. Además, debemos tener en cuenta que la hepatitis B crónica puede tratarse de forma eficaz y simple con medicamentos por vía oral. Entonces, es fundamental detectarla, pero aún hay barreras para el diagnóstico. Aunque a fines de 2021 se informó que 358.000 personas tenían hepatitis B o C en la Argentina, es probable que la cantidad real sea mayor. Como el tratamiento no cura la enfermedad , sino que controla el virus, quienes acceden a él deben tomarlo de por vida.
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