360 UDEM No.3- El Gran Confinamiento

TODOS QUERÍAMOS VIVIR EN NUEVA YORK Tenerlos en tu menú de oferta significa éxito. Netflix no se la pensó mucho y pagó 100 millones de dólares en 2019 por los derechos de streaming por un año más,

llegó como trancazo de taquilla. La pegajosa canción de su cortinilla estaba en todos lados; los sillones en los cafés se pusieron de moda antes de que Starbucks llegara a todas las cuadras que conocemos; el corte

luego de que casi 10 mil personas firma- ran una petición en change.org para que mantuvieran la serie en su plataforma. La solicitud pública argumentaba que la serie ha ayudado a personas a sobrevivir y que, muy probablemente, Netflix sea su única fuente para verla. Mentira no es, porque al momento de escribir esto llevan recolec- tadas casi 100 mil firmas de fans ávidos por ver y volver a ver —y volver a ver— a Joey con un pavo en su cabeza o a Phoebe imitar a Estelle por teléfono.

de pelo à la Rachel era el favorito de las estéticas… ¡Estábamos perdidamente enamorados de su lifestyle ! Todos que- ríamos vivir en Nueva York, tomar latte macchiato , platicar de nuestros proble- mas, anhelos y quehaceres, un día sí, otro también. El pitch original describía al show como una comedia sobre tres mujeres y tres hombres veinteañeros que pasan sus ratos en un café. Así, como tal, este concepto no denotó mucho interés (y es

Los televidentes en todo el mundo y esta serie vi- ven en una luna de miel desde el primer día. Al mo- mento de su debut en septiembre de 1994, el show

uno que ya conocíamos por la noventera Seinfeld o la ochentera Cheers ). Sin embargo, los tres productores fueron muy meticulosos, se enfocaron al cien en el

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