360 UDEM No.3- El Gran Confinamiento

la mental. Es innegable lo que es visible a miles de kilómetros: nos falta energía. En una columna como invitado en The New York Times , Jerry Seinfeld fue más duro: “[Pensamos que] haremos todo de manera remota. Adivinen qué: todo el mundo odia hacer esto. Todos. Lo. Odiamos. ¿Sa- ben por qué? No hay energía. La energía, la actitud y la personalidad no pueden ser ‘remotas’, ni siquiera a través de las mejores líneas de fibra óptica”. Mejor dicho, imposible. CANSADOS… Y LÍQUIDOS En un mundo híper conectado, ¿se puede dejar de fingir alegría enérgica para mostrar las verdaderas emociones? Zygmunt Bauman dice que no, al afirmar que las estructuras sólidas que regían la rutina ya no son fijas, sino que son variantes y líquidas (y más en 2020). Todo puede cambiar de la noche a la mañana, ¡y así fue! ¿Recuerdan a Trump el 11 de marzo? Debido a nuestros smartphones y computadoras, los horarios de trabajo (y estudio) se volvieron agua. Recibimos por correo tareas a cualquier hora, llama- das de trabajo a las nueve de la noche, nos piden dis- ponibilidad las 24 horas, tenemos que estar para la escuela, para las amigas, para los primos. ¿Lo peor? No te puedes desconectar, porque si lo haces “dejas de existir”, como lo argumentó Alba Mora Roca, produc- tora ejecutiva de AJ+Español, en una conferencia en la UDEM en 2018. En esta pandemia estamos sobreviviendo y esta batalla sin descanso nos drena. Mara Castro, estudian- te de la licenciatura en Ciencias de la Información y Comunicación, comentó que fue todo un reto mante-

ner su cordura y recurrió a los consejos de Bauman: tuvo que calendarizar y definir horarios para darse tiempo de disfrutar actividades lúdicas y no solo tra- bajo. Por su parte, Guadalupe Castillo retomó el arte como terapia, y decenas más exploraron a su modo el desconocido mundo de la resistencia para mantener su estabilidad mental. Y todo porque nadie habla de ello o de la ansiedad que provoca esta pandemia y su respectivo “covidamiento”.

BATTLE ROYALE : LUCHA POR LA VERDAD Y LA PROPAGACIÓN DE FAKE NEWS

A todo esto, tenemos que sumar un ingrediente infla- mable. Las redes sociales se volvieron, de marzo para acá, un campo minado. Al estar sin “nada” que ha- cer, nuestro único momento de interacción con otras personas fue en estas plataformas digitales (Twitter, Facebook, Instagram, grupos de WhatsApp, TikTok), junto con Zoom y otras apps. Las redes nos man- tuvieron conectados todo este tiempo, pero ¿desde dónde hablamos? Beatriz “Tichy” Inzunza Acedo, profesora investigadora del área de Ciencias de la Información y Comunicación de la UDEM, comentó en entrevista que todos nos comunicamos desde el corazón y no del cerebro, de la razón. “Todos estamos con la espada desenvainada a una postura absoluta”, agregó. En plena actividad campal debido al Corona- virus, con varios bandos formándose, alianzas entre grupos radicales, adicción digital y doomscrolling , las FAKE NEWS (claro, en mayúsculas) cumplieron su co- metido: atraparnos. En esta cuarentena hemos visto de todo: los delfi- nes llegaron a los canales de Venecia, Bill Gates creó

E S I N N E G A B L E L O Q U E E S V I S I B L E A M I L E S D E K I L Ó M E T R O S : N O S FA LTA E N E R G Í A .

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