El diálogo es la única manera de entendernos y construir la paz / RUMI
2/editorial
el horizonte
Jueves 19 de junio de 2025
glar sus pendientes legales; más cuando trae denuncias de la opo- sición en su contra y quedarse sin fuero puede resultarle muuuy ries- goso… ¡Ufff! Según algunas lenguas, hasta le ofrecieron un cargo en la Secreta- ría de Economía, pero el hombre dijo que no, gracias…. Habrá que ver entonces si se reinventa, se re- ubica, ¡o se retira! Resulta, estimado lector, que la política en Zuazua está más calien- te que el asfalto en verano… y aho- ra el que está en el ojo del huracán es nada menos que Alan Segovia, actual secretario del Ayuntamiento, quien enfrenta una denuncia formal por presunto acoso sexual… ¡Híjole! Según se enteró Protágoras, una ciudadana lo está acusando fuerte y de frente… Y bueno, este escándalo no llega en buen mo- mento para Segovia, unos días después de que a un regidor de Apodaca le costó el puesto un escándalo similar… Ahora, la parte más interesante de esto es saber: ¿a quién le bene- ficia que se vaya el Secretario del Ayuntamiento? Resulta que es a la alcaldesa Elva Deyanira Martínez, porque el hombre ya se le había rebelado a su jefa, y no es para menos, por- que la joven edil trae un verda- dero des…barajuste en el munici- pio… ¡Zazz! Quizá usted haya escuchado que a finales de mayo, Segovia convocó a una sesión de Cabildo para exigir- le cuentas a la Alcaldesa Elva Deya- nira por haber despedido a casi 20 funcionarios sin avisar ni justificar nada… ¿y qué hizo ella? Pues no fue a la sesión… y lo denunció por abuso de funciones. ¡Plop! Entonces habrá que ver si no detrás de la mujer que denuncia acoso, está la propia alcaldesa, en un plan maquiavélico para desha- cerse de su enemigo… ¡Riájale! Lo que es un hecho, querido lector, es que la grilla en Zuazua está que arde, y no parece que se vaya a enfriar pronto… ¡Tssss! ¡¡Yássas!!
t amaulipas
Humildad como espectáculo: el nuevo disfraz del poder
En la ERA DEL HUMANISMO como narrativa de gobierno, la política parece haberse puesto una nueva máscara: la de la humildad.
do?, ¿más libre? Y aquí volvemos al punto inicial: congruencia. El estado no necesita íconos de la humildad, ocupa líderes que se- pan construir futuro. Que entien- dan que el verdadero lujo no es un reloj caro, sino que un niño tenga garantizado su derecho a una vidad digna. Ahí está el verdadero desafío del humanismo en el poder: convertir- se, en una verdadera práctica. Queda claro que el motivo ‘‘num- ber one” por el que cambiaron al titular de Desarrollo Urbano en San Pedro fue el tremendo rezago en los trámites y permisos de cons- trucción... Y es que los rezagos en ese ámbi- to, como usted bien sabe, amigo lector, significan pérdidas millon- arias para el mercado inmobiliar- io y, paralelamente, generan frus- tración y dolores de cabeza a los particulares que no pueden avan- zar en construir una casa o hacer una sencilla modificación… Por eso debe ser que, ni tardo ni perezoso, el nuevo secretario de esa dependencia, Gabriel Todd, declaró ayer que se compromete a eliminar el 100% del rezago de 461 expedientes antes de diciem- bre de este año… ¡Ámonosss! En entrevista con El Horizonte, Todd explicó que el 70% de esos expedientes se detuvieron por- que tienen “errores mínimos” en las solicitudes o en los planos, que deben ser fáciles de corregir, ¡y sin duda no ameritaban estar “en la congeladora”!... Pero Todd también dijo algo inte- resante: que muchos problemas se originan por el intermediarismo de gestores que no son diestros en el tema, lo que pareciera revelar que hay todo un sub-negocio de ges-
tores, y a ver si no es eso a lo que se ha referido Mauricio Fernández con una “corrupción que retrasaba las cosas”… ¡Ufff! Total, para corregir el grueso de las broncas, Gabriel Todd dice que va a modificar los procesos para agilizarlos, y que tan pronto como la próxima semana los dará a co- nocer…Pues ¡vaya!, por fin se aso- ma un cambio en ese hasta hoy tortuoso mundo de los permisos urbanos en San Pedro… ¡Ojalá no nos equivoquemos! Ayer fue un día de muchos cam- bios en el gabinete del gobierno de NL… Pero hay uno muuuy in- teresante al que todavía le queda historia por escribir: el nuevo cargo de Mike Flores… Miguel Ángel Flores ya oficial- mente dejó de ser coordina- dor de la bancada de Movimien- to Ciudadano en el Congreso lo- cal, y fue nombrado coordinador del Gabinete de Buen Gobierno, como aquí le adelantamos... ¿Y eso qué es? Bueno pues Mike se convierte en nada menos que el operador estrella del gobernador Samuel García, coordinando la Te- sorería estatal, la Secretaría de Ad- ministración, la Contraloría, la Se- cretaría de Seguridad y, ojo, la mis- mísima Secretaría General de Go- bierno, donde por ahora sigue despachando Javier Navarro... Aunque lo que se escucha es que no será por mucho tiempo… Aun- que nadie lo reconoce abierta- mente, tras bambalinas se comen- ta que Navarro se va a más tardar en agosto, y que sería relevado por Mike Flores… No se va antes, porque se siguen barajando opciones
pobreza para parecer honesta. Que comprenda que lo que realmen- te indigna no es el confort, sino la congruencia. Que un líder pue- de vivir con dignidad, siempre y cuando no olvide que representa a quienes no tienen nada. Ese equili- brio, franco, transparente y sin po- ses, no se logra con discursos, sino con congruencia. Y tal vez, solo tal vez, estemos en el camino correcto para alcanzarlo. Pero también vale la pena hacer- se una pregunta incómoda: ¿qué impacto real tiene en la vida de la gente que un servidor público “no muestre sus lujos” ? ¿Cambia algo en el día a día de una familia que apenas sobrevive con el salario mí- nimo o menos, el hecho de que su gobernador vuele en clase turista? ¿Mejora el servicio de salud pública si el alcalde renuncia a una camio- neta blindada? ¿Se fortalece la educación, solo porque un funcionario se tomó una foto comiendo tacos en el mercado? La respuesta, aunque molesta, es no. Porque la austeridad sin eficacia se queda en gesto. Y los gestos, por más bien intencionados que sean, no sustituyen políticas públicas, ni impacto social, ni resultados contun- dentes. Una política que presume modestia, pero no soluciona proble- mas estructurales, termina siendo un consuelo en vano. Pan para el alma, pero no para el estómago. Y eso a la larga, desgasta más la es- peranza que los excesos mismos. No se trata de regresar al derroche, se trata de entender que la verda- dera dignidad no está en lo que un alcalde se pone o se quita, sino en cómo hace sentir a su pueblo: ¿más visto?, ¿más seguro?, ¿más cuida-
Ya no es suficiente con ser humilde, ahora hay que parecerlo. La austeri- dad se ha convertido en un escena- rio, la sencillez, en un espectáculo; y la humildad, en una estrategia de co- municación más que en una verda- dera convicción ética. Muchos políti- cos de la llamada 4T han adoptado la imagen austera como estandarte. Se les ve comiendo en fondas, vistiendo ropa sin marcas y viajando en vuelos comerciales. Pero al mirar más allá de la imagen, surgen las contradicciones: decisiones económicas que favore- cen a las élites, conexiones con intere- ses empresariales, gustos personales de alto nivel o un estilo de gobernar que en el fondo mantiene los privile- gios de siempre. Aquí surge la pregunta: ¿es el huma- nismo una nueva forma de entender el poder o simplemente un nuevo dis- curso que oculta los viejos vicios? ¿Es- tamos ante un verdadero cambio de régimen o ante una nueva forma de simulación? La política y el lujo ¿real- mente están en conflicto?, ¿o es como querer creer que el lobo se ha vuelto vegano solo porque lo vimos compar- tiendo un plato de frijoles? En realidad, el poder nunca ha estado reñido con el confort. Lo que ha cambiado es la manera de justificarlo. Antes era un símbolo de éxito. Hoy se oculta tras la na- rrativa de “la sencillez combativa” como si llevar una guayabera pu- diera borrar la firma de un contra- to millonario. Pero quizás aún tengamos la oportunidad de encontrar un pun- to medio. Un espacio más auténti- co, más habitable entre la opulen- cia insultante y la modestia fingi- da. Una política que no tenga que esconder un reloj caro ni pretender
para él y porque nece- sita tiempo para arre-
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