8/NUEVO LEÓN
el horizonte
Fin de semana del 6 al 8 de junio de 2025
Piden apoyo a Fiscalía para recuperar las pertenencias de víctimas de Hualahuises
DAVID CÁZARES El Horizonte
Estrenan ‘Plazas de la Transformación’ FOMENTAN CONVIVENCIA El alcalde Andrés Mijes inauguró estos espacios diseñados para propiciar la convivencia comunitaria
Familiares de las víctimas de la tragedia en Hualahuises pidieron apoyo para recuperar las perte- nencias de sus seres queridos de- bido a que la Fiscalía les informó que ya pueden recogerlas, pero el trámite debe hacerse hasta el mu- nicipio de Linares. En medio del dolor y los servi- cios fúnebres, explicaron las difi- cultades que representa hacer el viaje hasta la zona sur del estado. “Para nosotros, no es factible, porque estamos pasando el duelo, velando a los nuestros y está reti- rado”, comentó Jovani, familiar de uno de los fallecidos. “Sí es una preocupación las per- tenencias de los fallecidos, porque nos dieron la razón que tendríamos que ir por ellas hasta allá”, comentó Jovani, uno de los afectados. En ese sentido, pidieron que la Fiscalía traslade las pertenencias hasta alguna de las instalaciones que tiene en Monterrey.
dos para propiciar la conviven- cia comunitaria, fomentar la acti- vidad física y crear entornos más seguros, activos y con sentido de pertenencia. Estas plazas, señaló Mijes que forman parte de una estrategia de la 4T Norteña que está alinea- da al Plan México de la Presiden- ta Claudia Sheinbaum, donde se impulsa una visión de Gobierno que impulsan obras que no sólo transforman el entorno físico, sino también las relaciones en- tre quienes lo habitan.
REDACCIÓN El Horizonte
El municipio de Escobedo es- trenó las primeras “Plazas de la Transformación” en las Colonias Pedregal del Topo Chico, Felipe Carrillo y Praderas de San Fran- cisco, espacios públicos que for- talecen el tejido social y mejoran la calidad de vida de las familias. Acompañado por vecinas y vecinos, el alcalde Andrés Mi- jes inauguró estos nuevos espa- cios públicos que están diseña-
ACUDEN A CAPILLAS Al menos ocho de las 11 víctimas fueron veladas ayer jueves en unas capillas ubicadas en el municipio de Apodaca
“Estamos solicitando que una dependencia de aquí pueda reci- birlas para que nos quede más cer- ca de nosotros. Están las creden- ciales y otras pertenencias que se pueden recuperar y que son valio-
sas para la familia”, lamentó. Los objetos que buscan recupe- rar son las identificaciones y telé- fonos celulares, pues significan re- cuerdos de sus seres amados que quieren atesorar.
COLUMNA
Algunos JURISTAS sostienen que la función del JUEZ es APLICAR la ley y que, al hacerlo, actúa con JUSTICIA . Si no lo hace, comete una injusticia. Pero esta equivalencia entre legalidad y justicia es falsa: no todo lo legal es justo ni todo lo justo es necesariamente LEGAL . La justicia no debe confundirse con la legalidad. L a seguridad jurídica se basa en la justicia, no en la aplicación ciega de cualquier ley. En regímenes despóticos o corruptos abundan Impartir justicia: ¿Aplicar la ley o reconocer derechos?
HABLANDO EN PLATA
POR LUIS PAZOS
son los mismos desde el inicio de la civi- lización, la creciente complejidad de las relaciones humanas hace más difícil su aplicación. Aun así, los países que más han progresado han sido aquellos don- de no sólo imperó la ley, sino sobre todo la justicia; es decir, donde se garantizó efectivamente el derecho a la vida, la li- bertad y la propiedad. Las leyes deben reconocer estos dere- chos, pues, sin ese reconocimiento, no hay verdadera justicia. Sin derechos vi- gentes y exigibles, la justicia es una ilu- sión. Como afirma Javier Hervada: “La justicia no atribuye las cosas, sino que sigue al hecho de que ya están atribui- das”; es decir, la justicia se ejerce don- de hay derechos previamente estable- cidos. No se puede dar a cada quien lo suyo si antes no se ha determinado qué es lo suyo. Sin el reconocimiento de los derechos humanos o naturales, puede haber le- yes, pero no habrá justicia. Esas leyes pueden servir para oprimir, esclavizar o expropiar, pero jamás conducirán al pro- greso. Por eso, sin justicia —sin la cons- tante voluntad de dar a cada quien lo suyo— no hay civilización posible ni de- sarrollo humano auténtico.
• • • “La civilización
comienza cuando se empieza a dar a cada quien lo suyo. Esto implica reconocer y proteger los derechos humanos fundamentales” • • •
embargo, no es tarea fácil. La civilización comienza cuando se empieza a dar a cada quien lo suyo. Esto implica reconocer y proteger los derechos humanos fundamentales: la vida, la libertad y la propiedad. Sin ese reconocimiento, no puede haber justi- cia. El buen juez es aquel que, en caso de controversia, determina con impar- cialidad qué es lo que le corresponde a cada quien. Pero sin claridad sobre lo que es “lo suyo”, no se puede juzgar con justicia. No es posible impartir justicia sin re- conocer primero los derechos. Para que haya justicia, debe haber propie- dad atribuible a alguien. Rousseau lo ex- plicó en su Discurso sobre el origen de la desigualdad: el concepto de justicia nace cuando aparece la propiedad, por- que, para proteger lo suyo, cada indivi- duo debe poder tener algo. La propie- dad, por tanto, no es enemiga de la jus- ticia, sino su condición necesaria.
leyes que son abiertamente injustas. La historia ofrece ejemplos claros: en Esta- dos Unidos, en 1920, se podía arrestar a alguien por portar licor, pero en 1933 se podía arrestar a esa misma persona por portar oro, no por el licor. Lo que cam- bió fue la ley, no la noción de justicia. La legalidad puede variar con el tiempo y el poder político, pero la justicia se man- tiene como un valor constante. Lo ideal es que lo legal coincida con lo justo, pero en la práctica esto no siem- pre ocurre. Es posible actuar legalmente y ser injusto. Por eso, la justicia debe ser el valor supremo de toda sociedad. Ya en el siglo III, Ulpiano definía la justicia como “la constante y perpetua voluntad de dar a cada quien lo suyo”. Esta sen- cilla pero profunda definición ha perdu- rado siglos por su claridad. Aplicarla, sin
La función del juez como promotor del progreso y la civilización se basa en este principio: castigar al homicida, res- tituir lo robado al propietario, prote- ger la libertad de quien ha sido privado de ella injustamente. Sin estas acciones, no hay justicia. Donde no se da a cada quien lo suyo, donde no se protege la vida, la libertad y la propiedad, no pue- de florecer la civilización. El derecho es la ciencia encargada de identificar y proteger esos derechos fundamentales. Aunque los principios
Luis Pazos: Estudió Economía en el ITESM, es abogado por la Escuela Libre de Derecho y realizó estudios de Administración Pública en la Universidad de Nueva York, maestría y doctorado en la UNAM. Editorialista en varios periódicos y revistas de México, Centro y Sudamérica por tres décadas; ha sido comentarista de radio y televisión. A la fecha ha publicado 39 libros.
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