el horizonte
Fin de semana del 26 al 28 diciembre de 2025
ESCENA/21
CELEBRAN LOS FAMOSOS DESLUMBRAN EN NAVIDAD Los looks de Kim Kardashian y Sofía Vergara, y la felicidad de Mariah Carey y Eugenio Derbez, se robaron los reflectores en las fiestas decembrinas
TODAS AD HOC Sofía Vergara y sus mascotas lucieron bellas en la Navidad
postales junto a sus cua- tro hijos, North, Saint, Chi- cago y Psalm. Desde hace 31 años, cada diciembre, Mariah Carey se posiciona en la cima de las listas de repro- ducción y con cada Navi- dad su cuenta bancaria crece exponencialmente. “All I Want For Christmas Is You” se estrenó en 1994. Eugenio Derbez posó con Alessandra Rosaldo y su pequeña Aitana junto a Santa Claus.
REDACCIÓN El Horizonte E
n Navidad, varios famosos se prepa- raron a lo grande para celebrar uno de los días más mágicos del año
con lujosas y extravagan- tes decoraciones en sus hogares. Kim Kardashian no sólo decoró toda su casa en tonos de blanco, sino que compartió distintas
‘ÓIGAME, NO...’ Eugenio Derbez, con Alessandra Rosaldo, su hija Aitana... ¡y ‘Santa’!
‘OH, BLANCA NAVIDAD...’ Kim Kardashian eligió este color para celebrar las fiestas decembrinas junto a su hermosa familia
SIEMPRE SONRIENTE Mariah Carey le pone música a estas fechas con su canción
COLUMNA
APUNTES DE PSIQUIATRÍA Y PSICOANÁLISIS POR JUNÍPERO MÉNDEZ
El dolor de crecer Estimados lectores: esta época del año es propicia para experimentar todas las emociones, y me han solicitado en redes que amplíe el tema del duelo
para siempre en la realidad externa, vive ahora para siempre en la realidad interna, y no sólo como me- moria, sino como parte viva del ser, mediante la in- corporación de sus enseñanzas, costumbres, modo de ver el mundo, en fin, mediante hacer propio y para siempre, aquello que la persona fallecida tenía como atributos mentales y con los cuales nos bene- ficiaba. Finalmente, ya internalizado en nuestra per- sona, no es que se le deje de recordar, sino que se le siente como presencia interna. Esto es la superación del duelo, un proceso doloroso mediante el cual nuestra personalidad adulta crece, se hace de más herramientas y atributos. Se vuelve más fuerte. Pero... ¿por qué es importante no evitar el sufri- miento inicial de la pérdida? Porque el dolor es el motor para la internalización de los atributos de la persona perdida, la sed que busca el agua, sed a la que no debe echársele tierra encima. Entonces... ¿por qué es tan popular la consigna de dejar atras el pasado, de cerrar ciclos, de superar rá- pidamente las pérdidas? La mentalidad colectiva está fusionada a las ten- dencias sociales y económicas. La tendencia actu- al a la satisfacción inmediata de las necesidades con el consumo objetos materiales se trate de aplicar equivocadamente también a las necesidades emo- cionales. Lamentablemente, al evitar los duelos, sug- erimos evita también el crecimiento.
E l título de esta columna puede parecer, en primera instancia, que se refiere al conocido fenómeno del crecimiento durante la niñez, que hace que duelan las extremidades. Sin embargo, he querido referirme de modo metafórico al duelo psicológico, en particular al esta- do de tristeza resultado de perder a un ser querido. La añoranza de quienes ya no estarán este año en la cena navideña alude justamente a lo que repre- sentaron en nuestras vidas y ahora sólo quedan como recuerdo; se dice popularmente que una parte de nosotros también muere con cada pérdida. Así convocada, la tristeza interrumpe el estruendo de la celebración familiar, como una carcajada que se trueca en llanto. Y viene la cotrarreacción: “Me dicen que ya no llore, que ya la deje descansar, no entienden que eso es algo que no se puede controlar”. Efectivamente, las tendencias sociales, de con-
siderar al sufrimiento como algo negativo y que se debe evitar a toda costa, interfieren con un impor- tante proceso del desarrollo psicológico adulto. La superación de los duelos no es la tarea de lograr ya no sentir dolor. No es algo que se debería tratar de evitar o acortar, ya que es una tarea psicológica compleja mediante la cual, los atributos psicológicos de la persona fallecida, al ya no estar más en la real- idad externa, en la vida, pasan a formar parte -gra- dualmente- de la vida mental del doliente. “Me sorprendo diciendo las mismas frases o haci- endo las cosas de la misma forma que las hacía mi madre”. comenta con sonrisa triste una paciente. Es decir, lo que se extraña de la persona porque hacía una función benéfica, de apoyo o guía, poco a poco pasa a ser parte de las funciones psíquicas del doliente. La mente, la memoria, es es lugar desde el cual se supera la tristeza de la pérdida, y ocurre al completar la vivencia de que la persona perdida
Junípero Méndez Martínez es médico, psiquiatra y psicoanalista, miembro de la Asociación Psicoanalítica Internacional y profesor de psicoanálisis en el instituto de ARPAC. Asociación Regiomontana de Psicoanálisis.
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