de ETP sigue creciendo. A nivel nacional y autonómico, se han implantado importantes medidas políticas para mejorar las competencias lingüísticas en la educación preuniversitaria: por ejemplo, ahora hay una amplia y extendida oferta bilingüe en casi todo el país en la educación primaria y secundaria. A nivel universitario, distintas instituciones individuales y gobiernos autonómicos han establecido el requisito de que todos los estudiantes deban acreditar un nivel B1 o B2 en una lengua extranjera para graduarse. Asimismo, durante el curso académico 2021-2022, las universidades españolas han impartido el 12,6% del total de sus titulaciones de grado, máster y doctorado en inglés o en formato bilingüe, lo que supone un crecimiento del 5% en los últimos 5 años 3 . No obstante, este número sigue siendo insuficiente para lograr que nuestro sistema universitario sea plenamente atractivo internacionalmente. Por ello, existe una necesidad apremiante de implantar políticas lingüísticas más amplias que ofrezcan oportunidades a los estudiantes, así como al personal académico y no académico, para aprender lenguas y así crear una sólida base a partir de la cual empezar a construir. Pese a que el inglés es, sin lugar a dudas, una lengua clave hoy en día, en nuestro mundo multicultural cada vez más complejo, también corresponde a nuestras universidades promover el aprendizaje de otras de las lenguas más habladas del mundo, así como adaptar su oferta en función de la demanda internacional de posibles regiones estratégicas. De este modo, las universidades deberán seguir trabajando tanto en la ampliación de la oferta bilingüe, como en la creación de una oferta interdisciplinar que pueda combinar asignaturas en varias lenguas. Por otra parte, no se puede hablar del ámbito universitario sin hacer una mención a la investigación. La ausencia de una estrategia común y sostenida ha venido afectando no solamente a la internacionalización de la investigación, sino a la propia estrategia de investigación y ciencia del país. Muestra de ello son las diferentes regulaciones y contenidos normativos que ha tenido esta materia. El contexto de la investigación se ha visto alterado por las modificaciones introducidas en la Ley Orgánica 6/2001, de Universidades (LOU), así como la Ley Orgánica 4/2007, que incorporó novedades fundamentales en relación con la actividad investigadora. En 2011 la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, también introdujo algunos cambios en la LOU. Ahora, con la reciente aprobación de la LOSU y su impulso decidido por la investigación, se abre un nuevo panorama : la apuesta por la competitividad internacional de la investigación española, el impulso de programas de movilidad
de investigadores o el incentivo de transferencia e intercambio de conocimiento entre institutos universitarios españoles con otros internacionales son algunas de las actuaciones que prevé implementar la nueva legislación. Además, en la nueva Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación 2021-2027 se maximiza la coordinación entre la planificación y programación Estatal y Autonómica, así como la articulación de nuestra política de I+D+i con el programa marco de ciencia e innovación de la UE, Horizonte Europa (2021-2027). Asimismo, entre sus principales objetivos se encuentra favorecer la transferencia de conocimiento, mejorar la situación del personal investigador y potenciar la capacidad de España para atraer, recuperar y retener talento. Ahora bien, queda esperar para ver si se cumplen finalmente estos objetivos. A pesar de haber conseguido avances en la planificación estratégica de la investigación en España, sigue persistiendo el problema de la escasa proporción de personal extranjero investigador y docente en las plantillas universitarias. Continuan siendo desgraciadamente aún muchos los casos de profesores e investigadores consagrados o de talento incipiente que, ante oportunidades de estancias en el exterior, finalmente desechan tal opción por las múltiples dificultades que se encuentran, tanto para su retorno como para mantener el necesario nivel adquisitivo que les permita afrontar con garantías de éxito y tranquilidad el desafío de abandonar temporalmente su institución de origen. Durante el curso 2021-2022, España ha contado con un 3% de personal docente extranjero 4 , un porcentaje inferior al de otros países europeos. Las causas de esa baja tasa de intercambio se deben a tres factores principales: una retribución inferior a la ofertada en el mercado internacional, una regulación rígida e inadaptada de contratación y procedimiento de captación del profesorado y la falta de financiación suficiente para garantizar una investigación científica de calidad en España. A pesar de todo, hay dos claves que pueden inducirnos a pensar en un cambio de tendencia en este ámbito: por un lado, la mejora de las universidades españolas en los rankings internacionales (THE, QS, ARWU) en los últimos años y la nueva regulación en la materia de la LOSU, que puede contribuir a mejorar la atracción de talento docente. Transformación digital y globalización son dos caras de la misma moneda cuyos efectos se están notando en las universidades, por ello, otro de los retos para la internacionalización de las universidades será la creación de alianzas y sistemas de gobernanza globales
prácticas, así como la creación de titulaciones conjuntas o microcredenciales.
En esta línea, se encuentra la iniciativa Erasmus+ Universidades Europeas . Esta iniciativa ayuda a las instituciones de educación superior a ir más allá de los modelos existentes de cooperación, fomentando la creación de alianzas de Universidades Europeas consistentes en redes de universidades creadas desde abajo en toda la UE que permitan a los estudiantes obtener un título al combinar estudios en varios países de la UE y contribuir así a la competitividad internacional de las universidades europeas. Desde su puesta en marcha con la primera convocatoria en 2019, la iniciativa alcanza en la actualidad 44 alianzas integradas por más de 340 instituciones de educación superior europeas, 32 de las cuales son universidades españolas. Otro de los retos a los que sigue haciendo frente el sistema universitario de cara a su internacionalización es la ausencia de una cultura de políticas activas de captación de estudiantes, tanto en el ámbito nacional como internacional. Nuestro sistema universitario ha sido poco receptivo históricamente a la entrada de estudiantes internacionales de grado, los cuales deben o bien hacer parte de la educación secundaria en España para después pasar las pruebas de acceso a la universidad, o bien enfrentarse a interminables trámites burocráticos para la convalidación de los estudios de secundaria de sus países de origen. Además, la adopción del modelo 4+1 frente al más habitual en Europa del 3+2 también ha perjudicado la capacidad de atracción especialmente al grado de estudiantes europeos , pero en cambio sí que ha hecho muy atractiva la oferta de másteres. Ante esta situación, son claves las actuaciones de promoción de nuestras universidades en el exterior, mediante la participación en ferias internacionales como EAIE , sus análogos NAFSA (Estados Unidos) o APAIE (Asia-Pacífico), en las cuales el SEPIE tiene una gran presencia, pero se requiere de la implicación de todo el sistema universitario para seguir progresando en este ámbito. También es clave el refuerzo de la marca ‘Study in Spain’ (estudiar en España), para lo cual el SEPIE está elaborando el Convenio ‘Study in Spain’ con ICEX y TURESPAÑA para el mantenimiento, gestión y explotación comercial del portal web del mismo nombre, que pretende posicionar a España como un destino educativo de calidad para estudiantes internacionales.
universitarios , que permitan la transferencia tanto de alumnado, profesorado, conocimiento y buenas
3. Fuente: SIIU.
4. Fuente: SIIU.
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