Otra iniciativa es la que han llevado a cabo los rectores de las universidades españolas a través de la CRUE (Conferencia de Rectores de Universidades Españolas), creando foros especializados en la internacionalización. En algunas regiones existen iniciativas de promoción conjunta. Otras iniciativas vienen de agrupaciones de universidades por regiones como es el caso de la Alianza 4 Universidades (A4U), que agrupa a las cuatro universidades más dinámicas de Madrid y Barcelona (Autónoma de Madrid, Autónoma de Barcelona, Carlos III de Madrid y Pompeu Fabra). La mejora del posicionamiento nacional e internacional de las universidades españolas, no solo puede repercutir en su calidad, sino también en las vías adicionales de ingresos económicos que reciben, por ello se debe seguir trabajando en este ámbito. Por otra parte, no debemos olvidar que la educación superior es uno de los pilares de la ‘diplomacia blanda’ . La española ha tenido históricamente una gran influencia en Iberoamérica y su rol diplomático está resurgiendo en el siglo XXI, en el que un nuevo impulso está viendo la luz no ya solo en América Latina, sino en otras partes del mundo. Se debe seguir ahondando en el establecimiento de un sistema eficaz de reconocimiento de periodos de estudio y de titulaciones, el apoyo a la creación de programas de doctorado internacionales, o la introducción de cambios en los currículos para incluir competencias transversales y favorecer su adaptación al entorno internacional. El programa Erasmus, hoy Erasmus+, se ha convertido en el instrumento clave de la diplomacia cultural de la Unión Europea contribuyendo a la cohesión social de los países europeos y a la construcción de una identidad europea en los jóvenes que han cruzado fronteras para estudiar en otro país del programa. Además, desde 2015, el renovado programa Erasmus+ ofrece la posibilidad de realizar movilidades con
los países del resto del mundo, lo que conforma la llamada “dimensión internacional” del programa, y confirma la fuerte apuesta de la Unión por esta forma de public diplomacy , que difunde a través de intercambios académicos los valores en los que cimentamos nuestra convivencia. Con el objetivo de impulsar el Espacio Iberoamericano del Conocimiento, el SEPIE ha suscrito acuerdos con varios países iberoamericanos: el firmado con Argentina (BECAR); el desarrollado con Ecuador (Maestrías y Formación Continua), que añadía la característica de la semipresencialidad, aplicando la “diplomacia digital” al mundo universitario; y los firmados con Paraguay (BECAL) sobre Formación Docente, Uruguay (ANII) o con Brasil (Ciencia sin Fronteras), así como el firmado recientemente con la Fundación El-Yurt Umidi de Uzbekistán, que favorecerá el intercambio académico y cultural de los mejores estudiantes, profesores e investigadores uzbekos que deseen desarrollar su actividad en universidades e instituciones de educación superior españolas, en programas de máster y doctorado. En el ámbito de los acuerdos firmados con otros países, destacamos el proyecto con Marruecos impulsado por el SEPIE: YOUNG GENERATION AS CHANGE AGENTS (YGCA); un proyecto de migración circular que tenía como objetivo la colaboración para el desarrollo económico de Marruecos a través de la mejor cualificación de sus nacionales centrado en sectores estratégicos y la puesta en práctica de los proyectos de emprendimiento que los estudiantes proponían, para lo que se habilitaban incluso premios para poner en marcha proyectos de emprendimiento en su comunidad de origen. Es igualmente reseñable la actuación del SEPIE en la organización en diversos formatos de seminarios de contacto con universidades de otros países (Túnez, Bosnia y Herzegovina, Armenia, Taiwán, Senegal, Uzbekistán, Angola, Senegal o Costa de Marfil son algunos ejemplos), gracias
a los cuales las universidades españolas participantes han puesto en marcha o han fortalecido proyectos de movilidad, de cooperación académica o cotutelas de tesis. Además, estos seminarios también han facilitado ahondar en un contacto estrecho las instituciones educativas de los distintos países. Se debe seguir profundizando igualmente en la internacionalización de la educación superior española como un agente de diplomacia pública, que ayude al desarrollo de regiones menos favorecidas y contribuya a un crecimiento sostenible e integradora de todo el globo. He mencionado algunos de los retos más acuciantes, pero no son los únicos. El avance en la reducción de cargas administrativas para los estudiantes y personal universitario, la digitalización del sistema y las oportunidades que ofrece (como las movilidades combinadas –física y virtual– en el programa Erasmus+), son otros igualmente reseñables. Aún queda mucho camino por recorrer. Debemos continuar aprovechando las oportunidades que ofrece el exitoso programa Erasmus+ de la UE a nuestro sistema universitario, remover las barreras a la movilidad, hacer de la internacionalización una acción más inclusiva, así como facilitar la llegada del talento internacional. Para poder continuar haciendo frente a estos retos, el SEPIE seguirá trabajando arduamente con todas las universidades comprometidas con la internacionalización y el fortalecimiento del sistema universitario español.
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