Situación y evolución de la economía circular en España
dotaciones de recursos financieros extraordi - narios) que apalanquen las transformaciones hacia una circularidad sostenible. Como se señalaba más arriba, una de las mayores debilidades de la transición circular en España reside en la persistente dificultad para encontrar soluciones definitivas en el tratamiento y gestión de los residuos, conside- rando la responsabilidad atribuida a las Admi- nistraciones locales y sus capacidades reales. El informe de alerta temprana de la Comisión Europea muestra preocupación por la situa- ción española en cuanto al riesgo de incumpli- miento de objetivos de residuos y depósito en vertedero para 2025 y 2035, respectivamente. Pero también insiste en la limitada recogida separada y reciclado de la materia orgánica o biorresiduos, y las tasas demasiado bajas de compostaje y digestión anaerobia. Junto a ello, aumenta la inquietud por el residuo textil de la ropa fuera de uso, que con la carencia de contenedores específicos fomenta la aparición de vertederos ilegales. La Comisión ha indica- do igualmente que en España hay potencial para aumentar los porcentajes de captación de los materiales reciclables recogidos por sepa- rado (actualmente, un 30 % del papel, cartón y metales, un 20 % del plástico y un 11 % de los biorresiduos) (CE, 2023). Los pobres resultados de reciclaje y el alto porcentaje de depósito en vertedero en Es- paña, que caracteriza la gestión de residuos de competencia local en la última década, se deben a varios factores. Entre ellos destaca la ausencia de una adecuada internalización de coste ambiental en las opciones inferiores de la escala de residuos. Esto ha generado que las sucesivas normas de residuos no hayan te- nido el efecto deseado, frente a un mercado de la gestión de residuos que privilegiaba las op- ciones de valorización energética o eliminación como las más baratas, lo cual desincentivaba el cambio a opciones de gestión superiores en la jerarquía de residuos.
En este sentido, las directivas comunitarias y LRSCEC definen un nivel de ambición rele - vante . Además, la regulación de residuos co- munitaria está sumida en un proceso continuo y sofisticado de mejora política y regulatoria. No obstante, los objetivos e instrumentos de- finidos por la normativa de residuos deben ser aplicados por las entidades locales, que viven en buena medida en una dimensión paralela, de modo que el nivel de ambición político-re- gulatorio no se corresponde con las capaci- dades y recursos de las entidades locales. El éxito de los instrumentos económicos previstos en la ley, y especialmente su efecto impulsor del cambio, no está asegurado; va a depender del papel, la voluntad y la capacidad de los actores públicos y privados que inter - vengan en su definición y ejecución. Dichos instrumentos, si son configurados y aplicados de forma adecuada, marcarán un nuevo esce- nario para las decisiones de gestión pública de residuos de competencia local. Ahora, con la nueva ley, la gestión eficiente de los servicios locales, en el plano económico, solo puede al- canzarse mediante la eficiencia ambiental. Un sistema público con alta capacidad de recu- peración y reciclaje de materiales, y con bajo nivel de depósito en vertedero, pagará menos impuesto de vertido e incineración y traslada- rá menos costes a los ciudadanos a través de las tasas municipales. En todo caso, el éxito de la LRSCEC en la gestión de residuos de competencia local dependerá de la concurrencia de una voluntad política decidida en la ejecución de la norma, que está por acreditar a diferentes niveles, de modo que las entidades locales dispongan del conocimiento y los recursos humanos, financieros y técnicos necesarios para el cumplimiento de los objetivos de preven- ción, reutilización y reciclado.
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