INTRODUCCIÓN
La innovación es el motor del crecimiento económico. Esto es cierto tanto al nivel macroeconómico de los países (Hasan y Tucci 2010) como al nivel microeco- nómico de las empresas (Audretsch 1995, Rope, Du y Love 2008). El sector público también innova. Mazzucato (2011) documenta el gran número de innovaciones cruciales para la vida actual que se han generado en laboratorios públicos, o que han sido financiadas por el sector público. Pero la innovación del sector público no se limita a generar nuevos productos para el resto de la economía. También es importante la inno- vación en sus propios servicios. OCDE (2018) describe esa innovación en general y describe ejemplos como los de la sanidad finlandesa pro- porcionando chequeos médicos en un bar o en la calle mediante una app. O en México, donde los usuarios de zonas rurales pueden beneficiarse de transferencias sociales cobrándolas en una gasoli- nera o tienda local. O en Francia, donde las familias reciben un subsidio por ayudar a mayores depen- dientes compartiendo sus casas y zonas comunes. Esta innovación es crucial para que ese servicio público mejore al mismo tiempo que la sociedad progresa, y para mantener la legitimidad del sector público (Verhoest, Verschuere, y Bouckaert 2007). Pero el objetivo principal del sector público no ha sido históricamente la innovación, y en con- secuencia sus procesos de selección no solían priorizar la actitud innovadora entre las característi- cas deseables de los empleados (Hitchcock, Laycock, y Sundorph 2017).
Esto debe cambiar. La magnitud de los retos a los que nos enfrentamos es monumental, desde cho- ques negativos como pandemias y cambio climático, a choques positivos, pero de efectos asimétricos en la población, como la automatización y robotización de nuestras economías. En consecuencia, el sector público debe ser capaz de innovar en sus procesos y productos para que nuestras sociedades se puedan enfrentar a estos choques, y esto depende en parte de que tenga empleados innovadores. ¿Por qué unas personas innovan y otras no? ¿Poseen los sujetos innovadores características o preferencias diferentes a los sujetos no innovadores? ¿Podemos identificar, dentro de un contexto, a los sujetos con un mayor potencial innovador? El propósito de este tra- bajo es precisamente proporcionar herramientas al sector público en su tareade detectar a los empleados innovadores. Esto es importante para los procesos de contratación. Pero también debería ser importante en las promociones y para la asignación de tareas para los empleados existentes. Como hemos visto anteriormente el sector público ya innova y por tanto debe haber empleados innovadores. Aunque la actitud innovadora de las personas no es independiente de su situación personal y del con- texto económico y social en el cual desarrollan su actividad, la literatura científica ha construido dife- rentes herramientas para tratar de identificar a los sujetos innovadores y para tratar de medir el poten- cial innovador de las personas, a la vez que ha relacionado la actitud emprendedora e innovadora con ciertas preferencias asociadas a la personalidad y el comportamiento de los sujetos.
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