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Civilidad en tiempos poco civilizados
existe la posibilidad de encontrar cosas en común con la mayoría de las personas, y si conocemos lo que sienten y piensan los demás, sentaremos las bases para llegar a un punto de acuerdo en momentos de diferencia. Tercero: Reconocer que todas nuestras características están unidas. No importa cuánto diferimos de las ideas y acciones de algunas personas en este país, vivimos en las mismas comunidades, nuestros hijos van a las mismas escuelas, visitamos los mismos centros comunitarios y lugares de culto, acudimos a los mismos hospitales y vivimos bajo las mismas leyes. A cada uno de nosotros nos interesa fortalecer estas instituciones, aunque no estemos de acuerdo en cómo hacerlo. Ver como enemigos a las personas con quienes no estamos de acuerdo en vez de ver la corta distancia que nos separa como un posible espacio de entendimiento y compromiso, difícilmente resultará en algo mejor y solo causará más división. A medida que busco a posibles líderes, pareciera que el comportamiento divisivo ha suplantado a nuestros líderes en todos los niveles de gobierno y en los negocios, lo cual se convierte en algo más aceptable para quienes viven en una sociedad que trata de imitarlos. Sin embargo, cada uno de nosotros tiene la oportunidad de elegir lo que aceptaremos de nuestros líderes y cómo decidimos actuar en nuestras propias vidas. Quizás si muchos de nosotros optamos por un mayor respeto y compasión por los demás, esto pudiera ayudar a cambiar el rumbo de la división hacia una sociedad más sana y más unida.
Estamos rodeados de personas con quienes no compartimos la misma opinión y que llegaron para quedarse. Entonces, ¿cómo avanzamos y nos sacudimos esa mentalidad de «nosotros contra ellos» que se ha convertido en una tendencia predominante? En el 2020, la Civil Society Fellowship, que forma parte del Instituto Aspen, organizó una reunión a nivel nacional con el objetivo de ayudar al país a «convertirse en un lugar que estuviera a la altura de sus ideales». Como resultado, se recomendaron tres pasos que todos podemos seguir a fin de crear una sociedad con más civilidad. Primero: Encontrar el bien en los demás. «Una buena sociedad civil se construye al convertirnos en buenos vecinos», mencionó DeAmon Harges, defensor del Asset-Based Community Development Institute. Cuando vemos al vecino ser buen padre de familia, cuidar a familiares ancianos o extender su mano para ayudar a sus semejantes, es mucho más difícil desestimarlos cuando coloquen en su patio un anuncio político con el cual no estamos de acuerdo. Esto que aprendamos de nuestros vecinos nos ayudará a reconocer todo lo positivo que hay en ellos. Segundo: Descubrir lo que tenemos en común. A menudo olvidamos que existe una persona debajo de la identidad que creemos que tienen. Las personas que pertenecen a un partido político específico, a un grupo de edad, a un grupo cultural, a una clase socioeconómica o con cualquier otra clasificación, pudieran tener ciertas características en común con nosotros, aunque nunca serán uniformes. El sentido humano que compartimos, el amor por la familia, la necesidad de sentirnos seguros y muchos otros factores, significa que
En una sociedad más dividida que nunca, pareciera que hoy en día todo es «nosotros» contra «ellos». A menudo parece más importante asegurar la
derrota de nuestros opositores en vez de encontrar una ruta en común sobre varios temas importantes. No importa cuáles sean nuestras inclinaciones políticas o personales, espero que pronto podamos encontrar un punto intermedio. Quienes se benefician con esta división generalmente no buscan medidas más razonables, por lo tanto, nos toca a nosotros, como miembros de esta sociedad, optar por rechazar una retórica incendiaria y resistirnos satanizar a quienes no comparten nuestro punto de vista. No estoy haciendo un llamado a poner en juego nuestros ideales o compromisos sobre los temas que nos interesan. Existen límites que no deben ser rebasados por la civilidad. Creo que cada persona tiene derecho a la libertad individual, al respeto y a las oportunidades. Rechazo el racismo, la discriminación contra personas de la tercera edad, la misoginia, la xenofobia y demás ideología discriminatoria. Sin embargo, considero que existe una diferencia substancial entre las ideologías extremistas que resultan dañinas y las diferencias de opinión moderadas. Aun así, los políticos y los medios de comunicación generalmente muestran ambos lados con los mismos tintes sensacionalistas.
W. Mark Clark Presidente y Director General
Page 19 | August 2022, Never Too Late
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