historia de lo sucedido. Esto le ayuda a aceptarlo y a sacar a la luz recuerdos que ha olvidado. • Ayúdele a la víctima y sobreviviente a identificar sus sentimientos, esto le ayuda a describir con mayor exactitud lo que le está pasando interiormente. • Entienda que es normal que la víctima y sobreviviente avance, pero que luego retroceda a medida que progresa en el proceso de recuperación. • Ayúdele a procesar sus pesadillas, flashbacks y terrores nocturnos. Esté disponible para sentarse juntos después de uno de estos episodios y háblele hasta que le pueda responder. • Brinde un reconocimiento honesto, razonable a las señales de recuperación. No elogie excesivamente o catalogue a la persona como “una inspiración”. La labor de ser una inspiración o de ser fuerte puede ser una carga. Pero sí reconozca cada pequeño logro. • Motive a la víctima y sobreviviente a socializar, pero no insista en que lo haga hasta que esté lista. Ofrezca crear vínculos con otras víctimas y sobrevivientes lesionados. Ofrézcase a llevarla a grupos de apoyo y ayudarle a asistir a obras de teatro, musicales, eventos deportivos, u otras actividades que disfrutaba antes del accidente. En la medida de lo posible, trate de restablecer hobbies. • Cuídese usted mismo. El cuidado físico continuo de una víctima/sobreviviente sumado a otras preocupaciones acerca de lo que le depara el fututo puede ser tanto física como mentalmente desgastante. Hágase chequeos médicos con regularidad y pase un poco de tiempo cada semana con personas saludables que le aprecian. Conserve sus relaciones sociales y reúnase con sus amigos cuando pueda. No sienta vergüenza de pedir ayuda para cuidar a la víctima/sobreviviente. Ayudando a niños y adolescentes a afrontar sus lesiones El amor que un padre o una madre tiene por su hijo es especial. Los padres quieren cuidar a sus hijos, consolarlos y ayudarlos a
encontrar la felicidad. Sienten su alegría y encuentran prácticamente intolerable ver su dolor sin poder ayudarle. No existe otra relación en la que la necesidad de proteger sea tan intensa o apremiante como en la de un padre o madre con su hijo o hija. Cuando un menor sufre una lesión, no es inusual que sus padres se sientan
Puede ser casi intolerable para los padres ver a su hijo con dolor y no poder ayudar.
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