Revista Vivienda Infonavit Año 6 No 2 (Diciembre 2022)

comprobar la interacción de los sujetos entre sí. Unos años después, Zulaica y Rampoldi (2009) establecieron que, además, deben existir valoraciones de relación entre las condiciones físicas de la vivienda y las cualidades del espacio, el entorno social y el medioambiente; esto porque al abarcar esas tres dimensiones es posible generar una sensación de bienestar tanto personal como colectivo y, a su vez, saber el nivel de satisfacción que tienen los habitantes respecto de su casa. Es así que el concepto de habitabilidad de la vivienda —donde el centro de atención son el individuo, la familia y la sociedad— debe incluir las dimensiones menciona- das en el párrafo anterior, pues implican la satisfacción de necesidades objetivas como forma, espacio, tamaño, infraestructura y servicios; así como aquellas que invo- lucran la satisfacción de necesidades subjetivas como placer, funcionalidad, significación, privacidad y opera- tividad (Peña, 2007). Este conjunto es lo que Mercado, López y Velasco (2019) han llamado satisfacción residen- cial interior , refiriéndose a las características físicas de la construcción, del espacio y de los aspectos funcionales que debe proporcionar a sus habitantes. En el caso de la vivienda económica construida en serie, el bajo nivel de

satisfacción residencial interior se refleja en la percepción de estrés, la pérdida de privacidad y los problemas entre los integrantes de los hogares, orillando a sus habitantes a realizar una serie de transformaciones y adecuaciones para poder vivir y trabajar en el lugar. Lo anterior confirma que habitar es un fenómeno complejo y que, cuando además se requiere que el espacio para vivir se comparta con el de trabajo, la situación se complica aún más y es menester recurrir a otras variables, como la resiliencia. La resiliencia se reconoce como una de las capaci- dades más importantes de la vida del ser humano. Se trata de la habilidad de adaptarse y sobreponerse a circunstancias adversas. Es un concepto multidisci- plinario, pudiendo ser entendido como un estado o un resultado. En este trabajo se asume la segunda postura, ya que “la resiliencia como proceso que es dinámica, parte de un continuo temporal y tiene sus propios rit- mos” (Reghezza Zitt et al., 2012). Entonces, la creación de micronegocios en las casas es una estrategia de resi- liencia; es decir, de adaptación espacial, funcional, de uso y de relaciones, que ayuda a la pervivencia en un entorno con carencias.

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