necesaria para la habitabilidad. Las viviendas que no consideren criterios de diseño bioclimático y sistemas pasivos desde su concepción estarán contribuyendo a incrementar la demanda de energía y la producción de gases de efecto invernadero durante toda su vida útil, la cual puede ser mayor a 50 años. De este modo, las deci- siones que se tomen el día de hoy tendrán repercusiones ambientales para las generaciones futuras. Si consideramos que la región de América Latina y el Caribe es la segunda del mundo más expuesta tanto a los desastres naturales como a los efectos del cambio climático, y en donde el déficit de vivienda adecuada es de casi 50%, se hace evidente la necesidad de diseñar, construir y financiar viviendas resilientes que mitiguen los impactos del cambio climático, los cuales afectan de forma diferenciada a la pobla- ción más vulnerable. Como parte de la respuesta
municipios: San Andrés Tuxtla, Veracruz; San Cristóbal de las Casas, Chiapas; Silao y Valle de Santiago, ambas en Guanajuato. Estas ubicaciones se seleccionaron con el objetivo de contar con una muestra de viviendas localizadas en zonas rurales, urbanas y en diferentes zonas climáticas. Adicionalmente, se establecieron criterios de selección para las viviendas a intervenir y para las familias que podrían participar. Estos incluye- ron, entre otros: la calidad estructural de las viviendas, la acreditación de la propiedad de la vivienda, familias con un ingreso menor a 5 UMA (Unidad de Medida y Actualización) y que pudieran ser candidatas para aplicar a un crédito o subsidio. 2 Se iniciaron las actividades del proyecto piloto rea- lizando talleres de sensibilización, en donde participa-
ron 93 familias de las cuatro localidades. Se hicieron reco- rridos en campo y se llevaron a cabo 41 diagnósticos que incluyeron: levantamientos arquitectónicos, entrevistas con las familias e inspeccio- nes técnicas de las viviendas. Derivado de este diagnóstico se seleccionaron ocho familias por cada localidad. En total, 32 viviendas fueron elegibles para la intervención. Los asistentes técnicos recibieron talleres de capacita- ción sobre diseño bioclimático, confort térmico y uso eficiente de la energía. Posteriormente se realizaron análisis bioclimáti- cos y del desempeño medioam- biental del estado actual de las viviendas seleccionadas.
a este reto, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), en estre- cha coordinación con los Organismos Nacionales de Vivienda (Onavi), desarro- lló la Estrategia Nacional de Autoproducción. Desde 2021, la Sedatu, la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ México) y la Coordinación Nacional de Autoproducción (CNAP) coo- peran, a través del programa DKTI Vivienda, 1 para promo- ver la rehabilitación energé- tica de viviendas, principal- mente en la modalidad de autoproducción.
Si consideramos que la región de América Latina y el Caribe es la segunda del mundo más expuesta tanto a los desastres naturales como a los efectos del cambio climático, y en donde el déficit de vivienda adecuada es de casi 50%, se hace evidente la necesidad de diseñar, construir y financiar viviendas resilientes que mitiguen los impactos del cambio climático.
Como parte de estos esfuerzos se diseñó e imple- mentó un proyecto piloto enfocado en el mejoramiento y ampliación de viviendas en la modalidad de auto- producción, el cual fue ejecutado por Hábitat para la Humanidad México (HPHM). El proyecto piloto buscó obtener respuestas en el territorio sobre la viabilidad técnica y financiera de soluciones que, al mejorar o ampliar las viviendas, dis- minuyeran los consumos de energía, agua y gas, mejora- ran la calidad de vida e incrementaran las condiciones de confort y la resiliencia de las viviendas. Estas solu- ciones deberían mejorar la habitabilidad en diferentes zonas climáticas, poder ejecutarse con materiales de fácil acceso en las localidades y, al mismo tiempo, promover su adecuación cultural. La implementación se llevó a cabo de agosto de 2021 a julio de 2022, en localidades de los siguientes
Se evaluaron, mediante herramientas de simulación, 3 más de 24 combinaciones de soluciones para optimizar el desempeño de las 32 viviendas. Las soluciones para las cuatro zonas bioclimáticas se clasificaron en medidas para ahorrar gas y leña, medidas para el ahorro de energía eléctrica y medidas pasivas para mejorar la envolvente. La Tabla 1 ilustra las medidas analizadas, las cua- les tienen diferente priorización dependiendo de la zona climática. El objetivo era proveer a las familias con un menú de opciones, para que ellas selecciona- ran el conjunto de medidas que mejor se ajustara a sus necesidades. El reto técnico consistió en evaluar que, sin importar las medidas que las familias seleccionaran, la solución integral garantizara al menos 10% de ahorro de energía, una mejora de las condiciones de confort y que el costo total se mantuviera dentro de los rangos de los criterios de selección.
136 Vivienda Infonavit • DICIEMBRE 2022
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