salvaguarda de los mismos, pues es urgente romper con el mito de que una construcción antigua no puede ser intervenida, o que necesariamente tiene que conver- tirse en un museo. Desde instituciones como la nueva Secretaría de Cultura del Estado de Nuevo León surge la implementación de talleres vecinales para el cuidado de las edificaciones: cuáles materiales sí y cuáles no usar en caso de una intervención. La regulación de alturas y densidades en los centros y donde exista arquitectura con sistemas constructivos tradicionales en el contexto inmediato no puede ni debe ser la misma que en áreas con arquitectura contempo- ránea, ni mucho menos en donde la infraestructura de servicios básicos, como el agua y el drenaje o la vialidad, no estén preparadas para recibir ese impacto vehicular o la cantidad de personas que habitarían esas torres, ya sea de manera temporal o permanente. Existen otras maneras de hacer ciudad; copiar al pie de la letra los planes exitosos que se han implementado en otras latitudes no necesariamente nos beneficiará como a ellos. A través de la historia, Monterrey nos ha enseñado que puede y ha sido una ciudad resiliente, pero una ciudad resiliente no tiene que desdeñar o borrar su pasado para ser grande y seguir creciendo, porque, como
leí hace poco en una cuenta de vecinos contra la gentri- ficación del centro: “Una ciudad que demuele su pasado se niega a sí misma”. Debemos ser conscientes, como ciudadanos de la metrópoli que habitamos, de cómo ha sido, cómo es y cómo deseamos que sea, pero también desde las escue- las de arquitectura —que en gran medida desconocen sus propias ciudades— tienen que plantearse nuevos escenarios pospandemia, reflexionar sobre qué clase de arquitectos y arquitectas están formando y para quiénes; los desarrolladores no pueden ni deben seguir dictando la ciudad que habitamos todos. La convivencia entre lo que fuimos, somos y podemos ser es algo que se debe ver en la arquitectura de nuestras ciudades y no solo en libros que retraten el pasado o el patrimonio perdido: una ciudad resiliente es una ciu- dad restaurada desde sus cimientos, consciente de su historia contada a través de los muros que la construyen. Como ciudadano, uno siempre querrá habitar una ciu- dad resiliente que ha hecho las paces con su pasado y que está preparada para construir un futuro. Mientras tanto, seguiremos usando la restauración como una manera de resistencia a la forma actual de hacer ciudad en la zona metropolitana de Monterrey.
Notas 1
Por arquitectura de tierra se entiende a los sistemas constructivos vernáculos que usan como material primario a la tierra cruda, como bahareque (muros con ramas secas o troncos recubiertos de lodo); adobe (bloques de paja, arcillas y arenas mezclados secados al sol); cob (mezcla similar al adobe, pero en forma de esferas o bolas que se van apilando); tapial (tierra encofrada o tierra cocida como los ladrillos) o piedra caliche, una roca sedimentaria de la región compuesta por limo, arcillas, gravas y carbonato de calcio, de color marfil (en la mayoría de los casos), muy maleable para ser labrada y que abunda en la zona, ya que gran parte de esta tierra fue alguna vez suelo marino. 2 Porque sí, el barrio más antiguo de la ciudad, antes conocido como Barrio de la Catedral, está sobre una “loma” que tiene sus pendientes (calles Matamoros, Padre Mier o Abasolo) muy marcadas hacia el oriente y al sur colindando con el río Santa Catarina. Hacia el norte, si uno camina desde la antigua Casa del Gobernador, el inmueble civil más antiguo de Monterrey (s. XVIII) hoy conocido como Museo Estatal de Culturas Populares (o Casa del Campesino), se puede observar cómo la pendiente va descendiendo poco a poco por la calle de Mina o Diego de Montemayor, adonde antiguamente estuvo el arroyo de Santa Lucía y que hoy se encuentra el paseo del mismo nombre. 3 Para conocer más, “Historia de las crisis del agua en el área metropolitana de Monterrey (AMM), previa a la llegada de las grandes represas (1597-1955)”, de Luis G. Esparza Hernández, Ciro G. S. Valdés Lozano, Pedro César Cantú Martínez, Gabriela de la Mora de la Mora. 4 Para saber más, léase “Monterrey industrial 1890-2000”, de Óscar Flores, o Los orígenes de la industrialización de Monterrey , de Isidro Vizcaya. 5 Por construcción vernácula se entiende a la arquitectura creada con materiales regionales de manera autóctona, es la arquitectura tradicional cuyo conocimiento se ha compartido generación tras generación después de conocer, comprender, adaptarse y habitar el contexto que los rodea; suele ser sustentable y orgánica. La arquitectura vernácula es, por definición, resiliente. 6 Una caliza que se extrae de la ladera del Cerro del Topo Chico, muy utilizada para los rodapiés de cimentación o escalones. 7 La mayoría de los materiales para la arquitectura vernácula no necesitan energía extra más que la utilizada por las y los constructores al momento de la creación o utilización de los mismos, por lo que, además, la arquitectura vernácula o con sistemas constructivos tradicionales (a reserva de los ladrillos) tienen un bajo impacto energético y en la huella de carbono. 8 Veáse el plano mandado a elaborar por fray Cristóbal Bellido y Fajardo, Mapa de la Situación de la Ciudad de Monterrey del Nuevo Reyno de León, 1791 (Mapoteca Manuel Orozco y Berra). 9 Para saber más: https://contextual.mx/recuerdos-de-una-ciudad-amnsica 10 https://detona.com/articulo/chaparra-sucia-y-fea-adios-don-arturo 11 Si bien hay quien hoy defiende la construcción de la Gran Plaza como un espacio público para el goce y disfrute de la población, desde aquí consideramos que existían otras maneras para generar espacio público. Para conocer más, léase “Donde habita el olvido: conformación y desarrollo del espacio público en el primer cuadro de la ciudad de Monterrey, 1980- 2007”, del autor Jaime Sánchez. 12 https://playersoflife.com/monterrey/a-40-anos-de-la-demolicion-del-cinema-elizondo/ 13 Para conocer más: https://contextual.mx/contenido/descontrol-y-expansion-urbana 14 “Casas desechables”, como les llama Elided Hernández: https://bit.ly/3B0WuOr 15 Comparto esta referencia del DOT, porque se centra en mitos como el incremento del valor del suelo, lo que ha llevado a que prácticamente sean zonas para especuladores: https://medium.com/panorama-inmobiliario-en-monterrey/el-desarrollo-orientado-al-transporte-en-monterrey-zona-dot-1c957b0413d6 16 Vale la pena mencionar que para poder hacer las construcciones de torres actuales debe perforarse y hacer excavaciones muy profundas en un sitio que está lleno de ojos de agua. 17 Ver el departamento tipo “S” en la torre A de Barrio W: https://www.barriow.com/torre-a/ 18 Taboada, J. (2018). Alta densidad. Bitácora Arquitectura , (38), 68-83. https://doi.org/10.22201/fa.14058901p.2018.38.67066 19 https://contextual.mx/contenido/imaginarios-de-altura 20 El término hacer ciudad hace referencia a espacios para habitar y disfrutar, no solo comerciar. 21 En otros países latinoamericanos, como Chile, se sigue utilizando la tierra apisonada o tapia para crear arquitectura contemporánea: https://bit.ly/3EUh59b 22 Desde casas con sistemas constructivos tradicionales como Casa Estudio VGF (https://www.restaurika.com/arquitectura?lightbox=dataItem-jde2ma1f); una casona convertida en restaurante, Café Belmonte Bar (https://www.restaurika.com/arquitectura?lightbox=dataItem-jqnvdsq1); el inmueble que alberga la Casa Protexa (https://www.restaurika.com/ arquitectura?lightbox=dataItem-jqnvdsq1); Casa Jardón detrás del Museo Marco, o el Café Fortuita/Casa Roma (https://youtu.be/B1zbDt1F7cw), este último una casona de barro en una de las colonias más emblemáticas del centro poniente, la colonia Mirador, casona que estuvo a punto de ser demolida para dar paso a torres de departamentos. 23 En este caso de éxito se utilizó el crédito Infonavit para construir una casa con tierra. Ver: https://bit.ly/3gvPTnY 24 En el portal del Infonavit se pueden consultar las alternativas de créditos tanto para construir https://bit.ly/3i3gxoA como para remodelar https://bit.ly/3U1XRmi
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