Vivienda Infonavit - Resiliencia - Diciembre 2022

Coreanos en el Cerro de la Silla: viñetas de su adaptación a Monterrey

POR ROGELIO RÍOS HERRÁN

El autor es licenciado en Relaciones Internacionales por El Colegio de México. Se desempeña como periodista y consultor independiente. Puede ser contactado en el correo electrónico: rogelio.rios60@gmail.com

La formación de una comunidad coreana en Monterrey antecede al establecimiento de Kia Motors en Nuevo León en 2016, pero recibe de ese evento un impulso formidable. Los testimonios de sus experiencias de vida en el área metropolitana de Monterrey, los choques culturales, la huella en la vivienda y el rostro urbano de varios municipios, nos hablan de cómo los coreanos han cambiado a Monterrey y cómo la metrópoli los ha transformado a ellos.

Adelante de mí, en la fila de los embutidos, había un joven coreano con una salchicha en la mano (lo supe porque en su mochila mostraba signos en su idioma), lo cual me pareció curioso. Nos encontrábamos en una sucursal del supermercado HEB en el municipio de San Pedro. 1 Cuando tocó su turno para ser atendido por las despachadoras, el joven levantó la salchicha con su mano derecha y con el índice de la otra mano hizo el número uno. Como no dominaba cabalmente el español, intentaba pedir un kilo de salchichas, pero en lugar de eso dijo “uno kilo”, por lo cual ninguna despachadora parecía entenderle. El joven insistía, pero las muchachas seguían sin entender. Apenas iba yo a intervenir para ayudarlo (pensé que quizá en inglés podríamos entendernos), cuando una de las despachadoras gritó triunfalmente: “¡Ah, usted quiere un kilo de salchichas!”. Todos nos reímos por lo sucedido, una señora aplaudió y el joven se fue muy contento con su kilo de salchichas. Esta anécdota, sucedida en 2016, fue mi primer contacto directo con la presencia de migrantes coreanos en Monterrey. Desde entonces, esta población ha incremen- tado su visibilidad y capacidad de integración a la metrópoli que los recibía con mucho entusiasmo, tras la instalación de una planta armadora de la compañía automotriz Kia Motors, en el municipio de Pesquería, en Nuevo León, durante 2016; un hecho que marcó un antes y un después en la presencia de la gente y la cultura de Corea del Sur en nuestra ciudad. Antes de 2016 ya existían comunidades de migrantes coreanos que trabajaban para filiales de empresas como LG y Samsung, entre otras firmas. Una década atrás, un grupo de ingenieros y técnicos de Corea del Sur prestó sus servicios en la refinería de Pemex en Cadereyta, y unas decenas de ellos se quedaron a vivir en la zona metropolitana. En ningún caso, sin embargo, obtuvieron la notoriedad de “los coreanos de Kia” —como se les conoce coloquialmente—, quienes, a diferencia de sus compatriotas pre- cursores, tuvieron un impacto económico con su presencia e inversiones en la comu- nidad nuevoleonesa al aumentar en número por varios miles, gracias al incremento de empleados que vinieron, así como las familias que los acompañaron.

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