Revista Vivienda Infonavit Año 6 No 2 (Diciembre 2022)

En los últimos 20 años, los desastres en México han costado alrededor de 591 mil millones de pesos (Guevara, 2022). Además de la cantidad ingente de recursos económicos que dejan de invertirse en el desarrollo del país, los desastres se traducen en afectaciones directas a la calidad de vida y a los derechos de las personas, generando pérdidas, trauma, desplazamientos y nuevas vulnerabilidades. En este contexto, el objetivo del artículo es plantear ciertos aspectos que dificultan la inclusión de criterios con enfoque preventivo para actuar sobre la reducción del riesgo desde la regulación del suelo en asentamientos humanos. Se busca que esta revisión permita reflexionar sobre las posibles rutas hacia una reducción del riesgo de desastres 1 más efectiva. La condición de las viviendas mexicanas ante el riesgo en nuestro país es preocupante. Una de las vías para identificar la dimensión de este problema se desprende de los datos de la Encuesta Nacional de Vivienda (ENVI) 2020. La lectura de algunas de las variables que se aproximan a la condición de seguridad estructural de la vivienda (Figura 1) es ilustrativa de la dimensión del problema al que nos enfrentamos e informa del panorama grave en torno a la vulnerabilidad física de las viviendas.

Figura 1. Entidades federativas con el mayor número de viviendas que presentan aspectos de vulnerabilidad física estructural, 2020

Fuente: Elaboración propia con base en la ENVI 2020.

Por otra parte, los datos del Censo Nacional de Gobiernos Municipales y de las Demarcaciones Territoriales de la Ciudad de México 2021 revelan otros aspectos de este problema. Por ejemplo, solo 612 municipios (24.8%) cuentan con alguna instancia (secretaría, dirección, jefatura o coor- dinación) de ordenamiento territorial o desarrollo urbano; y solo 727 (29.5%) cuentan con algún trámite específico al desarrollo urbano, construcción o uso de suelo. De acuerdo con esta fuente, solo 55 municipios reportan la existencia de algún tipo de verificación estructural. De estas cifras se desprende que estos procesos, indispensables para incorporar una visión preventiva en los asen- tamientos humanos, son escasos. Sin embargo, la calidad y seguridad de la construcción de uso habitacional es un tema que debería ser de absoluta prioridad ante los escenarios de peligro de un país como México. Los datos arriba presentados muestran que la escala de la vulnerabilidad de las viviendas frente a diferentes tipos de amenazas es muy grande. Ante este escenario, uno de los retos más importantes a atender se relaciona con el diseño e implementación de instrumentos urbanísticos que generen y promuevan una relación diferente entre la vivienda y el suelo en el que esta se construye, pues las cualidades físicas del suelo (no solamente su ubicación o equipamiento) son una parte ineludible y fundamental de la integridad física de estas viviendas, así como de su potencial y características constructivas.

26 Vivienda Infonavit • DICIEMBRE 2022

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