Revista Vivienda Infonavit Año 6 No 2 (Diciembre 2022)

Ese es el problema de fondo de la aparente paradoja de lo que ocurre en zonas de alta exposición sísmica, como la Ciudad de México; o en ciertas zonas costeras, como Acapulco, ubicada en la zona de subducción mexicana y altísimamente expuesta a sismos, tsunamis, mareas de tormenta e inundaciones súbitas. A pesar de tales condiciones, plenamente conocidas, el valor del suelo no ha integrado el factor de riesgo. Y bajo las condicio- nes actuales no tiene manera de integrarlo, ni siquiera por el método de valor de mercado ya que, en la práctica, este da mucho más peso a los factores hedónicos pro- pios del inmueble que a las externalidades negativas. Por ello sostengo que la apertura de información sobre amenazas socionaturales o sobre la vulnerabilidad física de las edificaciones no necesariamente cambiaría la dinámica del mercado inmobiliario; esta información

tiene implicaciones más bien en lo político y lo social, que en lo económico. ¿Qué sigue en cuanto a la reducción del riesgo de desastres en nuestras ciudades? Considero que se requiere una discusión mucho más amplia e interdis- ciplinaria entre urbanistas, juristas, geógrafos y espe- cialistas en ciencias de la tierra para incorporar una visión preventiva dentro de los instrumentos urbanís- ticos, centrado en un cambio de fondo en los alcances del concepto de suelo. Estos mecanismos no pueden estar desligados del contexto más amplio de las ciudades contemporáneas, en las cuales la regulación del mercado inmobiliario es indispensable para reducir las enormes brechas de desigualdad y otras formas de injusticia social, de las cuales los desastres son una de las manifestacio- nes más graves.

Notas 1 La Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) define el riesgo de desastres como “la potencial pérdida de la vida, de la integridad física de las personas, o la destrucción o daño en los bienes de un sistema, sociedad o comunidad en un periodo específico de tiempo, determinado probabilísticamente como una función de las amenazas, la exposición, la vulnerabilidad y las capacidades. La reducción del riesgo se refiere a la prevención de nuevos riesgos y disminución de los existentes, a través de la gestión del riesgo residual, todo lo cual contribuye al fortalecimiento de la resiliencia y al logro del desarrollo sostenible”. La terminología está disponible en el sitio https://www. undrr.org/terminology/disaster-risk-reduction. Último acceso: 22 de noviembre de 2022. 2 A partir del sitio http://www.atlasnacionalderiesgos.gob.mx/archivo/cob-atlas-municipales.html. Última consulta: 19 de noviembre de 2022. 3 Se asume en este trabajo el marco aceptado internacionalmente, que se sintetiza en la postura de que “los desastres no son naturales”. Entre las causas de fondo de los desastres es necesario reconocer la interdependencia entre el fenómeno natural amenazante, la intervención humana en el territorio que genera vulnerabilidades físicas y exposición al construir inadecuadamente, impermeabilizar superficies, extraer agua del subsuelo, deforestar o transportar materiales masivamente; así como los aspectos de desigualdad, carencia y exclusión que, sumados a deficiencias políticas e institucionales, generan vulnerabilidades sociales. 4 A partir del sitio: https://paot.org.mx/contenidos_graficas/delegaciones/detalle.php?tema=&anio=&id_elemento=6&distribucion=2&de_oficio=0. Última consulta: 19 de noviembre de 2022. 5 Cursivas mías. 6 El concepto de obsolescencia física, funcional o económica es usualmente aplicado a los activos (inmuebles); eso lleva a la depreciación del valor. En cuanto al riesgo, el suelo urbano, físicamente hablando, puede presentar una obsolescencia física (como la compactación del subsuelo, un fenómeno con muchas consecuencias en su capacidad de carga), pero también externalidades, como el escurrimiento súbito, resultado de la impermeabilización de la superficie de los asentamientos humanos. Referencias Estrada, G. (2014). Puesta en práctica de una política de desastres: los instrumentos de la gestión de riesgos en México. Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines , 43 (3): 611-632. https://doi.org/10.4000/bifea.5984 Gordyn, B. y Ruiz, A. (2020). (In) cumplimiento del derecho a una vivienda digna y decorosa: cuentas pendientes de la política habitacional mexicana (1970-2020). Revista Estado y Políticas Públicas , 8(15): 39-63. Guevara, E. (2022). Sistemas de Alerta Temprana. IV Congreso Internacional de Gestión Integral de Riesgos y Resiliencia en Ciudades . Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil. https://youtu.be/xiuYxp_ll-E Ruiz, N., Casado, J. y Sánchez, T. (2015). Los Atlas de Riesgo municipales en México como instrumentos de ordenamiento territorial. Investigaciones Geográficas, 88: 146-162. https://doi.org/10.14350/rig.48326 Sedatu (2019). Términos de referencia para la elaboración o actualización de planes o programas municipales de desarrollo urbano. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/451049/190404TdR_PMDU.pdf

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