Seguridad y resiliencia hídrica para las ciudades
POR PIPOLA GÓMEZ SÁNCHEZ
La autora es maestra en Desarrollo Urbano y Regional por el Posgrado de Arquitectura de la UNAM. Es coordinadora de Proyectos en Agua Capital, el Fondo de Agua de la Ciudad de México, en México. Puede ser contactada en el correo electrónico: pipolagomez@gmail.com
Contar con la cantidad y calidad de agua suficientes para satisfacer las necesidades de sus habitantes es un gran desafío para las ciudades mexicanas que está vinculado a la crisis climática. Para prevenir y gestionar los impactos de los eventos hidrometeorológicos extremos —tales como inundaciones y sequías—, construir resiliencia en las ciudades y contribuir a la seguridad hídrica, es necesario tener un entendimiento integral del territorio donde se ubican.
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A nivel nacional, solo 58% de la pobla- ción tiene agua a diario en su domici- lio y cuenta con saneamiento básico mejorado. 6 millones de personas, aproximada- mente, carecen de acceso al agua potable y 11 millones al saneamiento. Solo 14% de la población recibe agua las 24 horas del día. 50% del volumen recolectado en el alcantarillado recibe algún tipo de tratamiento. 60% de los cuerpos de agua presenta algún grado de contaminación. 157 de los 653 acuíferos en el territorio nacional se encuentran sobreexplotados. Casi 40% del agua se pierde en fugas en los sistemas municipales de distribución. En la agricultura de riego persisten pér- didas de agua del orden de 50%. 50% del territorio nacional ha perdido su cobertura vegetal y ha sufrido afec- taciones en sus ecosistemas y fuentes de agua. 71% del territorio del país presenta un grado de presión hídrica alto o muy alto.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que, desde 2007, más de la mitad de la población mundial se encuentra viviendo en las ciudades, y se espera que dicha cantidad aumente a 60% en 2030. Asimismo, establece que en 2050 el planeta tendrá una población de 9 800 millones de personas, de las cuales 68% vivirá en zonas urbanas (ONU, 2019). Frente a esta acelerada urbanización, uno de los principales retos que enfrentan las ciudades es contar con la cantidad y calidad de agua suficientes para satisfacer las necesidades de sus habi- tantes y actividades. Actualmente, 2 200 millones de personas no cuentan con acceso al agua potable y otros 4 200 millones carecen de sistemas de saneamiento seguros (Unesco, ONU-Agua, 2020). En el caso de nuestro país, y de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda más reciente, la población total es de casi 130 millones de personas y llegará a 148 millones en 2050 (Consejo Nacional de Población [Conapo], 2016). Se espera que 86.21 millones de personas habiten en zonas metropolitanas, lo que corresponde a 62.7% de la población nacional. En cuanto a la disponibilidad de agua, las regiones hidrológico-administrativas que ocupan 39% del territorio y albergan a 54% de la población (González Villarreal et al. , 2022), se encuentran en condiciones de estrés hídrico (ONU, 2015). 1 A continuación se presentan algunos datos que ilustran los desafíos de las ciudades mexicanas en relación con el agua (González Villarreal et al. , 2022):
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