Revista Vivienda Infonavit Año 6 No 2 (Diciembre 2022)

Figuras 5, 6 y 7. Densificación de la vivienda en la colonia Pirules, Huixquilucan, Estado de México (izquierda y centro), y vivienda autoconstruida en la colonia Montón Cuarteles Primera Sección, municipio de Huixquilucan, Estado de México (derecha). Fotografías: Tania Eunise Téllez Castro.

Alternativas El reubicar una población de un territorio en riesgo, o bien, el realizar acciones físicas sin hacer un análisis integral de las condiciones previas no necesariamente representa una forma de disminuir una vulnerabilidad y aumentar la resiliencia. Se pueden, inclu- so, generar nuevas vulnerabilidades (Saldívar Vieyra, 2017). Por otra parte, aunque la tecnología actualmente pueda ofrecer alternativas para una mejor comunicación ante amenazas (Cabrera Hernández, 2022), estos recursos pueden resultar de poca utilidad si el capital social local de un territorio en riesgo no tiene cohesión social. La cohesión social no solo favorece la producción de vivienda, en el caso de familias vulnerables socioeconómicamente (Oviedo González, 2014), sino también permite y favorece la gestión del riesgo local ante eventos naturales extremos (H Luz Vega, 2022; Sandoval Vega, 2012), así como la integración de criterios de sustentabilidad en la vivienda popular (Bautista Naranjo, 2015). Finalmente, en lo que respecta al rol de la arquitectura, el campo del diseño puede ser un gran aliado no solo como marco de análisis de esquemas y modelos que, tal vez en algunos géneros de la arquitectura ya no están cumpliendo con las necesidades de seguridad y adaptabilidad requeridas, como podría ser el caso de la arquitectura hospi- talaria (Sánchez Aguilar, 2022), o en la necesidad que hay de transitar de una vivienda urbana a una vivienda sustentable en el sentido más amplio de la palabra (Palomo Beltrán, 2015). Estos serían solo algunos de los factores que permitirían transitar de una vivienda urbana a una vivienda segura, sustentable y resiliente . Agradecimientos Este artículo está dedicado a las y los estudiantes que en los últimos 10 años han sido parte del Taller de Viviendas Seguras y Sustentables de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura, unidad Tecamachalco, del IPN, cuyos trabajos de investiga- ción motivaron la realización de este artículo. En especial agradecemos al M.C. César Alejandro Azua Medina, a la M.C. Tania Eunise Téllez Castro, al M.C. Víctor Hugo Ortiz Osegueda, y a la M.C. Fabiola Gómez por el material fotográfico y cartográfico utilizado en este documento.

72 Vivienda Infonavit • DICIEMBRE 2022

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