En oposición a la narrativa política, voces como las de Álvarez Icaza y Medina Mora (2018), y Manuel Perló, coordinador de la Evaluación de Procesos del Programa Presu- puestario N001: “Coordinación del Sistema Nacional de Protección Civil” (IIS-UNAM, 2016), han señalado la necesidad de reforzar el desarrollo e implementación de programas específicos para el cuidado de la salud men- tal ante desastres. Santiago Campos (2008), por otra parte, ha observado el imperativo de mantener actualizada la legislación aplicable en la materia para incorporar aquellas lecciones aprendidas, las buenas prácticas y, sobre todo, la participación activa de la sociedad civil en este tema. Aspectos que, por cierto, el referido proyecto de norma 005-SEGOB subsanaba. Otros esfuerzos en el nivel estatal se han llevado a cabo para dar tratamiento a la pobla- ción afectada en la tarea de volver a la calma, reconociendo que el trabajo sobre la salud men- tal es necesario para lograr este objetivo. Es el caso de la Ley de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México, en donde se incorporan, como parte de las accio- nes de restablecimiento, los primeros auxilios psicológicos y el apoyo psicológico tanto para víctimas como para el personal que atiende la emergencia (Gobierno de la Ciudad de México, 2019). Durante los eventos de 2017, la atención a la salud mental se organizó e implementó como parte de las actividades propias de la recupera- ción (Cenapred, 2018) y en apego a lo que esta- blece el artículo 139 de la referida ley (Gobierno de la Ciudad de México, 2019). La demanda de la población demuestra que este apoyo no solo es requerido, sino que se vuelve imprescindible para el retorno a la normalidad después de un evento adverso.
Entre los programas de salud existentes, el Programa Sectorial de Salud 2020-2024 (Secretaría de Salud, 2020) busca estar alineado con lo dispuesto en el artículo 4 constitucional (Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, 2021), al respaldar el acceso de todas las personas a la protección de la salud y, en esa línea de pensamiento, propone una reorganización del sistema nacional de salud. En su texto incorpora con claridad la necesidad de brindar atención en salud mental a las personas que se ven impacta- das por un desastre, por lo que se conceptualiza la atención primaria a la población afectada, sin especificar los mecanismos de actuación o acciones. El abismo operativo e instrumental se acentúa con las recientes modificaciones a la Ley General de Salud aprobadas en 2022, y que, al menos desde algunas interpretaciones de los funcionarios de primer nivel, parecen generar mayor confusión que establecer pau- tas y direcciones claras del destino de la salud mental en el país. Por otra parte, existen programas desde la visión de la administración integral del riesgo y que se enfocan en el desarrollo de resiliencia comunitaria (Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, 2020), que desde otro enfoque priorizan la importancia de la atención de la salud mental de la población, como resul- tado de las lecciones aprendidas, y han propuesto un protocolo para la intervención psicológica posterior al evento (Santillán, 2018). Existen voces que impulsan y sostienen los beneficios de la inclusión de la atención a la salud mental ante eventos adversos; se encuentra que estos elementos, aunque valiosos, pierden de vista la oportunidad de intervenir en la etapa de pre- vención primordial. Entrenamiento en inoculación de estrés como propuesta de prevención primordial Desde el planteamiento de este ejercicio de reflexión, se considera urgente incorporar, como una necesidad para el cuidado de la salud men- tal, acciones de prevención primordial 10 que contribuyan a proporcionar a la población las competencias psicológicas necesarias para el enfrentamiento del trauma, pues su incorpo- ración dentro de la fase de calma es congruente con las recomendaciones para el cuidado de la vida ante desastres y emergencias (OMS, 2013). Los simulacros han mostrado efectividad para la preservación de la integridad física, pues las
78 Vivienda Infonavit • DICIEMBRE 2022
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