Anuario 2024 de Cotec

Quince visiones

Sector público

Mariana Mazzucato

Introducción

! Cómo debería distribuirse la riqueza que genera una economía? Tanto los argumentos morales como los económicos sobre quién tiene derecho a qué suelen vincular las recompensas a las contri- buciones, por razones de equidad o eficiencia. Pero la manera de cuantificar estas contribuciones depende, en primer lugar, de la forma en que se teorizan. De este modo, pueden utilizarse distintas teorías de cómo se crea valor para justificar distribuciones de los ingresos y la riqueza muy diferentes. En este artículo, sostengo que la manera en que se ha teo- rizado la contribución del Estado —las distintas partes del sector público— a la creación de valor es problemática. La infravaloración de la contribución del Estado ha implicado que muchas veces se exagerara la de otros actores, lo cual ha tenido consecuencias en la distribución general de los ingresos y la riqueza. También ha sig- nificado que no se ha materializado todo el potencial del Estado para impulsar un crecimiento inclusivo y motivado por la innova- ción. Sin embargo, esto podría lograrse con un nuevo enfoque de las políticas y, en general, del papel que tiene el sector público en la economía. Un elemento crucial de este problema es que la teoría económica considera que, en el mejor de los casos, el Estado es un facilitador del proceso de creación de riqueza, pero no un impulsor clave del mismo. Se considera que corrige los mercados, no que los crea. ² Se considera que elimina riesgos para los creadores de valor, pero no que asume riesgos con el fin de crear valor. Se le considera un prestamista de último recurso, no un inversor de primer recurso. ³ Esta visión limitada del papel del Estado en la dinámica de creación de riqueza ha tenido consecuencias problemáticas. Ha hecho que los responsables políticos tengan un conocimiento limi- tado de la gama de herramientas e instrumentos con la que cuentan para catalizar el crecimiento, y con frecuencia opten por quedarse al margen, “igualando” las oportunidades; esto ha reducido la con- fianza del sector público, haciéndolo más vulnerable y propenso a ser capturado por intereses creados y comportamientos de “búsqueda de rentas”; y ha aumentado la desigualdad al permitir que algunos

actores exageren su papel en la creación de riqueza y extraigan un valor que excede con mucho su contribución a la creación de este. ⁴ Sostengo que una mejor comprensión del papel que des- empeña y puede desempeñar el Estado en el proceso de creación de riqueza es el punto de partida de soluciones políticas que pue- den aumentar la tasa de creación de riqueza, al tiempo que dirigen el proceso para lograr un crecimiento más inclusivo y sostenible. Esto requiere, en esencia, desequilibrar las oportunidades, en lugar de igualar las condiciones, para penalizar la búsqueda de rentas, recompensar las prácticas que fomentan el largo plazo y la sos- tenibilidad, y garantizar una distribución más justa de esa riqueza creada de manera conjunta. Hacer frente al reto de la desigualdad no requiere tanto un Estado redistributivo como un Estado empren- dedor, ⁵ en el que la práctica de la innovación contenga estructuras predistributivas, lo que asegura que se comparten tanto los ries- gos como las recompensas. ⁶ Este es el camino para generar un crecimiento impulsado por la innovación a mayor largo plazo, que también supone un crecimiento más inclusivo; de este modo se permite que los Gobiernos adopten una posición que no es tanto la de tener que solucionar los fallos del mercado como la de dirigir un crecimiento que logra los resultados deseados. ⁷ En el siguiente apartado, analizo la “teoría del fallo del mer- cado” (TFM), que insiste en la descripción que la teoría económica hace del Estado como un mero corrector del mercado. También examino el papel que ha desempeñado la teoría de la elección pública, al centrarse en el fallo del gobierno como un problema aún mayor que el fallo del mercado. Luego presento una visión alterna- tiva del Estado como creador de mercados, que enfatiza el papel de las inversiones públicas en el fomento de la innovación, no solo facilitándola, y concluyo con ejemplos de creación de riqueza en el sector público. Por último, considero cómo podría distribuirse mejor ese valor si se entendiera como un valor surgido de un pro- ceso de cocreación colectiva en el que el contribuyente también ha desempeñado un papel fundamental.

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