Quince visiones
Sector público
Mariana Mazzucato
La diagnosis del problema: la teoría del fallo del mercado
L a idea de que la función del Estado, en el mejor de los casos, es corregir los mercados tiene su origen en la TFM, que únicamente justifica la intervención pública en la economía si está dirigida a corregir situaciones en las que los mercados no consiguen asignar los recursos de manera eficiente. ⁸ El enfoque del fallo del mer- cado sugiere que los Gobiernos deben intervenir para corregir los mercados mediante inversiones en ámbitos caracterizados por externalidades positivas o negativas. Por ejemplo, las externalida- des positivas derivadas de los bienes públicos (que no son rivales ni excluibles) se caracterizarán por una inversión insuficiente por parte del sector privado y requerirán, por lo tanto, inversión pública. Este es el caso de la investigación básica, que genera importantes “resultados indirectos” y dificulta la apropiación de los retornos privados; en consecuencia, la investigación básica se caracteriza por una inversión privada muy escasa. Las externalidades negati- vas, como las provocadas por la contaminación, requieren medidas públicas que hagan que el sector privado internalice los costes externos, por ejemplo a través de un impuesto al carbono. Una fuente concreta de fallos del mercado proviene de las externalidades negativas derivadas de la producción o el uso de bienes y servicios, por ejemplo el cambio climático, la congestión
del tráfico y la resistencia a los antibióticos, para las que no existe mercado. Muchos de los principales retos a los que se enfrentan las sociedades se caracterizan como externalidades negativas. Estos fallos operan al nivel del sistema; es decir, equivalen a fallos del sistema. El conjunto del sistema socioeconómico da lugar a resultados costosos que son indeseables desde el punto de vista social. Por ejemplo, el cambio climático puede considerarse una externalidad negativa de los métodos de producción intensivos en carbono o de la quema de combustibles fósiles. De hecho, el Informe Stern ⁹ sobre la economía del cambio climático afirmaba que “el cambio climático supone un reto único para la economía: es el mayor ejemplo de fallo del mercado que jamás hayamos visto”. Las externalidades negativas no se reflejan en el sistema de pre- cios: no existe un precio de “equilibrio” porque no hay un mercado para las externalidades negativas. Muchos economistas han abo- gado por mecanismos basados en el mercado (como la asignación de un precio al carbono o los impuestos sobre el carbono) o por políticas tecnológicas neutras (como exenciones fiscales) para corregir este tipo de fallo del mercado, ya que en ambos casos se deja que sea el mercado el que determine la dirección del cambio.
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