Quince visiones
Inteligencia artificial
Nuria Oliver
“Cada vez va a ser más difícil —si no imposible— discernir la verdad de la falsedad en el mundo digital”.
L a inteligencia artificial (IA) ha irrumpido en nuestras vidas y nuestras sociedades. Con su capacidad para procesar datos masivos y aprender de ellos, las técnicas de inteli- gencia artificial basadas en el aprendizaje a partir de datos están transformando pro- fundamente todas las actividades, desde la medicina hasta la ciencia, la educación, el derecho, la comunicación o el transporte. De manera invisible, la IA ha penetrado también en nuestra vida cotidiana, dado que la inmensa mayoría de las aplicacio- nes y los servicios digitales que utilizamos están dotados de inteligencia artificial y dependen de ella: si podemos hablarle a nuestros móviles o altavoces inteligentes y nos entienden, detectar caras en las fotos, traducir de un idioma a otro, encontrar información relevante en internet o recibir recomendaciones de productos, amigos o noticias, es gracias a la inteligencia artificial. La democracia, como gobierno del pueblo, se ve afectada por la IA de forma compleja, en múltiples facetas y con impli- caciones tanto positivas como negativas.
Chatbots y asistentes virtuales pueden pro- porcionar información sobre candidatos/as, plataformas y programas políticos y fechas de votación, facilitando así la participación en el proceso electoral. Además, los siste- mas de IA pueden ayudar a los Gobiernos a administrar elecciones de manera más eficiente , desde el registro de los votan- tes hasta la tabulación de los resultados, lo que puede reducir errores y aumentar la confiabilidad de los procesos electorales. Finalmente, hay una inmensa oportunidad para utilizar la inteligencia artificial en la mejora de la definición, provisión y evalua- ción de las políticas y los servicios públicos , lo que contribuiría a consolidar la confianza de la ciudadanía en sus representantes. Sin embargo, no todo el impacto es positivo: el uso masivo y no regulado de técnicas de IA en la difusión y generación de contenido, y la potencial manipulación masiva de la población con técnicas de IA, pueden minar las bases de una sociedad democrática al menos desde tres perspec- tivas, descritas a continuación.
Su impacto dependerá de cómo sea desa- rrollada, utilizada y regulada en la sociedad. La consecución de un equilibrio entre los beneficios y los riesgos de la inteligencia artificial es un reto para los Gobiernos, insti- tuciones y, en conjunto, para las sociedades del siglo XXI. Requiere educación, vigilancia constante y una capacidad de adaptación y respuesta ágil para asegurarnos que esta poderosa disciplina contribuye positiva- mente a la democracia, y no se convierte en una amenaza. En este breve artículo, exploro la relación entre la democracia y algunos avances en la inteligencia artificial. La democracia se basa en la participación ciu- dadana informada y en la capacidad de la ciudadanía para tomar decisiones políticas de manera autónoma y, desde esa perspec- tiva, la IA tiene el potencial de influir tanto de manera positiva como negativa. Con respecto al impacto positivo, la IA puede ayudar a aumentar la partici- pación ciudadana , al hacer más accesible la información sobre cuestiones políticas.
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